La deserción de estos catorce disidentes en Nariño, incluyendo menores y mujeres, es un indicio de tensiones internas en las disidencias de las Farc. La decisión de abandonar la lucha armada cuando fueron enviados a zonas de mayor conflicto sugiere una creciente desmotivación y posibles divisiones internas dentro del grupo.
POR: REDACCIÓN EL NUEVO LIBERAL
Catorce integrantes de las disidencias de las Farc, que operaban en Nariño, desertaron cuando fueron enviados a reforzar acciones criminales en otros departamentos. Entre los desertores se encontraban dos menores de edad y tres mujeres, lo que evidencia posibles divisiones internas en esta estructura criminal.
Los desertores aprovecharon la presencia del Batallón de Alta Montaña Nº 4 de la Brigada 29 en la zona para entregarse y manifestar su deseo de abandonar la lucha armada. Los dos adolescentes, de 15 y 17 años, fueron puestos bajo la protección del Instituto Colombiano del Bienestar Familiar (ICBF).
Los desertores revelaron que pertenecían al frente Franco Benavides, el cual opera en Nariño, y que sus superiores los habían enviado a reforzar al frente Jaime Martínez en el municipio de Suárez, Cauca. Esta zona es conocida por sus conflictos de orden público y enfrentamientos constantes con las Fuerzas Militares.
El general Valencia señaló que el frente Franco Benavides es responsable de varios ataques recientes contra la Fuerza Pública y la población civil. Entre estos incidentes se incluyen hostigamientos en el corregimiento Robles (Jamundí), ataques con explosivos a la Policía en Popayán, Morales, Suárez, Cajibío, y un ataque a la Base Militar en La Salvajina, Cauca.
El 29 de mayo, otro grupo de seis disidentes, tres hombres y tres mujeres, se entregó en un puesto de control de la Armada y el Ejército en Cartagena del Chairá, Caquetá. Estos también pertenecían al frente Franco Benavides y fueron enviados como refuerzos al bloque Jorge Briceño, que opera en Caquetá y Meta.
Ambos incidentes reflejan una tendencia de deserción vinculada a órdenes de traslado a zonas conflictivas, lo que sugiere posibles fricciones internas y desmotivación dentro del frente Franco Benavides. Las deserciones recientes plantean interrogantes sobre la cohesión y estabilidad de esta estructura criminal.
Foto El Colombiano
