El departamento del Cauca se encuentra sumido en un estado de guerra, con enfrentamientos entre grupos armados ilegales y la fuerza pública que ponen en peligro a comunidades indígenas y campesinas. Los combates, que iniciaron el pasado 5 de abril en Cajibío y Suárez, se han extendido a otras áreas, generando terror y violencia en la región.
Por Daniela Mondragon , El nuevo Liberal
El Cauca se encuentra en medio de una situación de extrema violencia, con combates reportados en varios municipios que ponen en peligro la vida de comunidades indígenas y campesinas. Los enfrentamientos entre grupos armados ilegales y la fuerza pública han desatado el caos y el terror en la región.
Los hostigamientos contra la Policía y el Ejército en Cajibío y Suárez, que comenzaron el pasado viernes 5 de abril, marcaron el inicio de este panorama bélico que ha continuado hasta el día de hoy. Desde entonces, la violencia se ha extendido a otras áreas del departamento, generando una situación de riesgo constante para los habitantes del Cauca.
En la tarde del domingo, en el sector de El Damián, zona rural de Toribío, varias familias nasas quedaron atrapadas en el salón comunal de esta población debido a confrontaciones armadas entre la disidencia Dagoberto Ramos de las FARC y el Ejército Nacional. Esta situación evidencia el grave peligro que enfrentan las comunidades locales, que se ven atrapadas en medio del fuego cruzado.
Las autoridades locales y nacionales han expresado su preocupación por la escalada de violencia en el Cauca y han llamado a la calma y al cese de las hostilidades. Sin embargo, la situación continúa siendo crítica y se requiere una intervención urgente para proteger la vida y la seguridad de los habitantes de la región.
