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Cuestionamientos sobre la guerra en el Cauca

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Por: Sofía López Mera, abogada y periodista, defensora de derechos humanos de la Corporación Justicia y Dignidad

En el sector de Guatemala de Miranda, Cauca, una explosión rompió la serenidad del mediodía del pasado 17 de mayo. Esteban, un niño de 12 años, yacía inerte en un pozo de sangre, mientras que Luis, un moto transportador de edad avanzada, luchaba por sobrevivir entre los escombros. Del otro lado de la carretera, la madre de Esteban, se aferraba a la vida con heridas graves; solo podía mover sus ojos, que se fijaron en el cuerpo sin vida de Esteban. El ejército señaló la responsabilidad de la estructura Dagoberto Ramos en los escabrosos hechos.

En el departamento de Cauca operan los frentes Dagoberto Ramos, Jaime Martínez y Carlos Patiño del Estado Mayor Central de las FARC, quienes han sometiendo a la población civil Caucana a una oleada de terror similar o peor que la arremetida paramilitar de las AUC en la década de los 2000.

El frente Dagoberto Ramos opera en Buenos Aires, Suárez, Caloto, Toribío y Corinto. Está comandado por Wilmar Passu Rivera, alias “Cholinga”, su principal misión es proteger cultivos ilícitos y rutas de narcotráfico, especialmente reclutando menores.

El frente Jaime Martínez opera en el Naya, López de Micay, Buenos Aires, Morales, Suárez y Cajibío. Este grupo se dedica a actividades ilícitas como el narcotráfico, extorsión, secuestro y asesinatos, usando tácticas de terror para intimidar a la población.

El frente Carlos Patiño opera principalmente en la región del Cañón del Micay y ha extendido su control a municipios como Argelia, El Tambo, Balboa y Patía.

El EMC es el grupo más grande conformado por disidentes de las antiguas FARC. Está integrado por cerca de 3.200 armados y un número no determinado de milicianos. Están distribuidos en 23 frentes y 5 grandes bloques. Tienen un importante poder armado, el control de distintas rentas criminales, incluida la del narcotráfico y se han expandido en el centro, sur, oriente y occidente de Colombia.

Surgió durante las negociaciones de paz en La Habana, Cuba, en 2016. Ese año, el Frente Primero, liderado por Iván Mordisco, anunció su continuidad en la guerra con al menos 400 integrantes. Los líderes de las FARC enviaron a Gentil Duarte para supuestamente restablecer el orden. Sin embargo, Duarte traicionó el proceso de paz, uniéndose a Mordisco y llevándose 1,35 millones de dólares y miembros del Frente Séptimo. Mordisco y Duarte enviaron emisarios a diversas regiones del país para reclutar a otros comandantes y controlar las rentas criminales. En abril de 2017, emitieron un comunicado proclamándose la continuación de las FARC, con apoyo de nueve frentes disidentes.

El EMC disfrutó de su poderío en la frontera colombo-venezolana hasta 2019, cuando Luciano Marín, alias “Iván Márquez”, anunció la creación de otra disidencia, la Segunda Marquetalia. Este nuevo grupo buscó adherir a su estructura diversos frentes que formaban el EMC. Sin embargo, el EMC consideró a la Segunda Marquetalia como un grupo traidor, lo que generó una guerra a muerte entre ambas facciones.

Gentil Duarte fue asesinado presuntamente por el ELN e Iván Mordisco quedó liderando el EMC, con Alexander Díaz Mendoza, alias “Calarcá”, como su posible sucesor. Otros líderes importantes incluyen a Iván Jacobo Arredondo, alias “Marlon Vázquez”, Javier Alonso Velosa, alias “Jhon Mechas”, y Omar Pardo Galeano, alias “Antonio Medina”.

Omar Pardo Galeano, alias “Antonio Medina”, está al mando del Frente 28. Se desmovilizó en 2009, antes de la firma del acuerdo de paz, bajo la Ley de Justicia y Paz. Después de desmovilizarse, pasó a colaborar con el ejército. Así lo relató ante la Fiscalía de Justicia y Paz: “Doctora, como usted lo sabe y la Fiscalía lo sabe, desde el momento en que deserté de las FARC me he dedicado a ayudar a capturar gente con el Ejército y la Policía. En el Ejército estoy colaborando con el coronel Martínez y con el capitán que me están acompañando hoy. Y con la Policía lo único que he hecho es hacer caso cuando me llaman a ver si conozco a algún capturado cuando me muestran fotos y cosas así. Pero mi colaboración principal es con el Ejército”.

Jorge Eliecer Jiménez Martínez, conocido como alias “Jerónimo” y “Arturo Paz”, lidera el Décimo Frente. Fue combatiente de las FARC-EP capturado por las autoridades en 2009. Se postuló ante la Ley de Justicia y Paz y colaboró con la Fiscalía en la promoción de desmovilizaciones en las cárceles hasta 2017, cuando se acogió a la JEP y obtuvo su libertad. Meses después, apareció liderando el frente mencionado y, según la revista Cambio, colaboró junto con miembros del Ejército colombiano en el asesinato del excomandante de la Segunda Marquetalia, Jesús Santrich, quien murió en una emboscada en la frontera colombo-venezolana.

Estas denuncias fueron realizadas por la mesa de negociación del ELN, lo ha señalado la Segunda Marquetalia y también portales periodísticos como la Revista Raya y la periodista Danna Urdaneta.

En mayo de 2023, el portal Colombia Informa denunció el caso del menor, Brayan Camilo Carrillo, de 17 años. Según su testimonio, fue reclutado forzadamente por el Ejército colombiano a los 13 años y entregado a las disidencias lideradas por Héctor Aguilar, alias “Pescado”, quien es uno de los comandantes de las disidencias de las FARC en el departamento de Arauca junto con Jorge Eliecer Jiménez. Respecto a Aguilar, Colombia Informa, señaló que se trata de un exguerrillero desmovilizado mucho antes de la firma del acuerdo final en 2016, que ha estado colaborando con el ejército y la policía nacional y que ahora ocupa un cargo de liderazgo en el EMC.

Han surgido múltiples señalamientos sobre la supuesta implicación del ejército en la conformación de las disidencias de las FARC, previas al inicio del mandato del Gobierno de Gustavo Petro. No hay que perder de vista que el General Jorge Mora Rangel fue uno de los negociadores de paz con las FARC, en representación de las fuerzas militares, durante el proceso de Paz de 2016 y que, además, ocupó el cargo de comandante general de las fuerzas armadas de Colombia durante la presidencia de Álvaro Uribe Vélez. No sería extraño que desde la época de Álvaro Uribe se estuviera planeando la creación de las estructuras disidentes de las FARC.

¿El recrudecimiento de la guerra en el Cauca responde a un plan diseñado con el acuerdo de paz de 2016? ¿Qué participación han tenido los sectores de la derecha nacional e internacional? ¿Por qué se permitió con tanta facilidad la deserción de Gentil Duarte y se financió su encuentro con Iván Mordisco? ¿Por qué las estructuras del EMC atacan indiscriminadamente a la población civil? ¿Por qué son los mayores responsables de asesinatos de líderes sociales y firmantes de paz? ¿Por qué sabotean los intentos de la Paz Total del gobierno nacional? ¿Por qué tienen un papel estelar en el exterminio de los pueblos indígenas y en el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes en zonas rurales del Cauca? ¿Por qué se consolidaron militarmente durante la presidencia del ultraderechista Iván Duque? ¿Por qué sus acciones militares más crueles y notorias se llevan a cabo durante el gobierno de izquierda de Gustavo Petro? ¿Se trata acaso del fenómeno de la paramilitarización de las FARC?

No podemos estar seguros de si denominar a las estructuras del EMC de las FARC como paramilitares sea el término más adecuado, especialmente en la actualidad bajo un gobierno de izquierda. Sin embargo, es innegable que su ideología se fundamenta en el ataque a la sociedad civil y en el fomento del narcotráfico y la minería ilegal, evocando los capítulos mas horrorosos de la trágica historia nacional.

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