el Pueblo Polindara utiliza el barranquismo para unir a su comunidad y preservar su cultura y tradiciones, fortaleciendo los lazos comunitarios y defendiendo su territorio. Esta técnica escultórica distintiva implica la creación de figuras en barrancos, transformando antiguas formas de expresión indígena en un hito del arte urbano y rural. Las jornadas de barranquismo en Polindara son más que actividades recreativas; representan un compromiso firme por la paz y la protección del entorno cultural y natural.
POR: REDACCIÓN EL NUEVO LIBERAL
En el corazón del Cauca, el Pueblo Polindara ha encontrado en el barranquismo una poderosa herramienta para unir a su comunidad y preservar su cultura y tradiciones. Este movimiento, no solo busca fortalecer los lazos comunitarios, sino también defender el territorio y fomentar la paz.
El Barranquismo es una técnica escultórica distintiva, que se ha desarrollado en Colombia. Esta técnica implica la creación de figuras esculpidas sobre la tierra que se asoma desde un barranco. Utilizando herramientas de construcción como el palín y el regatón, el artista elabora estas figuras, que frecuentemente representan elementos característicos de las culturas precolombinas.
En esencia, el barranquismo es el arte de tallar en los barrancos. Lo que en tiempos antiguos fue una forma de expresión indígena, ha sido transformado por el creador de esta técnica escultórica en un destacado hito del arte urbano y rural. Estas esculturas se han convertido en una especie de museo natural callejero, siendo objeto de admiración tanto por los residentes como por los viajeros que transitan por la ciudad o las poblaciones veredales, en este caso en el pueblo de Polindara.
Las jornadas de barranquismo en Polindara se han convertido en un punto de encuentro para los habitantes de la región. A través de estas actividades, la comunidad tiene la oportunidad de compartir sus vivencias, historias y experiencias en un entorno que celebra sus raíces culturales. La participación activa de los miembros del Pueblo Polindara en estas jornadas es fundamental para plasmar de manera auténtica y colectiva los espacios significativos de su cultura y tradiciones.
El barranquismo en Polindara es más que una actividad recreativa; es una apuesta firme por la defensa del territorio y la construcción de paz. En una región marcada por conflictos y tensiones, estas jornadas representan un esfuerzo consciente por recuperar y valorar el sentido de pertenencia y arraigo territorial. La comunidad, al participar en estas actividades, reafirma su compromiso con la protección de su entorno natural y cultural, y envía un mensaje claro sobre su deseo de vivir en paz y armonía.
La riqueza cultural del Pueblo Polindara se manifiesta en cada jornada de barranquismo. Las tradiciones ancestrales, las narraciones de los mayores, las danzas, la música y los rituales son parte integral de estas actividades. Al fomentar la participación comunitaria, se asegura que estas prácticas culturales no solo se mantengan vivas, sino que también se transmitan a las nuevas generaciones, fortaleciendo así la identidad del pueblo.
El movimiento ha recibido el respaldo de diversas organizaciones, incluyendo el Consejo Regional Indígena del Cauca (CRIC). A través de plataformas sociales y campañas de visibilización, se busca que el barranquismo en Polindara no solo sea conocido a nivel local, sino que también reciba reconocimiento y apoyo a nivel nacional e internacional. La solidaridad y el apoyo de aliados externos son cruciales para el éxito y la continuidad de estas jornadas.
Con cada jornada de barranquismo, el Pueblo Polindara da un paso más hacia un futuro lleno de esperanza y posibilidades. La defensa del territorio, la promoción de la paz y la celebración de la cultura son los ejes que guían este movimiento. A medida que más personas se suman a esta causa, la comunidad fortalece su espíritu y reafirma su compromiso con la preservación de su legado y la construcción de un entorno seguro y respetuoso para todos sus miembros.
En conclusión, el barranquismo en el Pueblo Polindara es una manifestación de la resiliencia y la fuerza de una comunidad que lucha por su territorio y su paz, al tiempo que celebra su rica herencia cultural. Es un ejemplo inspirador de cómo la unión y la tradición pueden ser herramientas poderosas para el cambio y la defensa de los derechos comunitarios.
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