Tal como se esperaba que iba a suceder con el tema del cese al fuego con las disidencias de las Farc en el sur y norte del Cauca. La escalada de combates en Argelia y Corinto, al ver los videos, se nos arruga el corazón al observar la gente y entre ellos los niños en medio del fuego corren a buscar escondrijos. Los enfrentamientos entre el Ejército Nacional y las disidencias de las Farc en el Corregimiento de El Plateado, municipio de Argelia y en Corinto, son una muestra trágica de un conflicto que parece no tener fin.
La respuesta militar a esta situación siempre termina pagando quienes nada tienen que ver en el conflicto. Si bien es comprensible la necesidad de mantener el orden y la seguridad. es crucial recordar que detrás de cada bala disparada y cada explosión hay vidas humanas en riesgo, la población civil atrapada en medio del fuego cruzado.
El video que ha salido a la luz, presuntamente grabado por los pobladores del Plateado en Argelia, durante los combates entre el Ejército Nacional y un grupo disidente de las Farc, es un recordatorio sombrío de la brutal realidad que enfrentan las comunidades atrapadas en medio del conflicto armado en Colombia.
La situación plantea preguntas difíciles sobre la responsabilidad del Estado y la protección de los derechos humanos en las zonas afectadas por la violencia. ¿Cómo es posible que, en pleno siglo XXI, las personas sigan siendo sacrificadas en el altar de la guerra? ¿Qué medidas se están tomando para garantizar la seguridad y el bienestar de los civiles que se ven atrapados en el fuego cruzado?
Es imperativo que las autoridades actúen con prontitud y diligencia para verificar el estado de la población afectada por estos enfrentamientos armados. La protección de la vida y la integridad de los ciudadanos debe ser una prioridad absoluta, y cualquier negligencia en este sentido es inaceptable.
La militarización de las zonas afectadas puede proporcionar un alivio temporal, pero no aborda las causas subyacentes de la violencia ni ofrece una ruta clara hacia la reconciliación y la paz.
Es hora de replantear nuestra aproximación a este conflicto arraigado en décadas de historia dolorosa en el Cauca. Sé que hay gente que se pone feliz con estos combates porque se intenta acabar con el enemigo que ha hecho tanto daño. Pero hay que insistir en buscar otros mecanismo, puede parecer iluso, pero siempre he creído que las armas atrae a las armas, Es importante recordar el alto costo humano y social de la guerra. Cada vida perdida es una tragedia irreparable que nos debería motivar a redoblar nuestros esfuerzos por encontrar caminos hacia la paz y la reconciliación.
