Inicio OPINIÓN PALOMA MUÑOZ “Colectivo 82” un gesto de justicia restaurativa

“Colectivo 82” un gesto de justicia restaurativa

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Es alentador el ejercicio de Memoria histórica transformadora del “Colectivo 82”, respaldado por los fallos de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y la Comisión de la Verdad, cómo en un gesto de justicia restaurativa y homenaje a la memoria de sus estudiantes detenidos-desaparecidos, luego de 42 años, la Universidad Nacional de Colombia les acaba de otorgar títulos universitarios póstumos. Esto nos confronta con un capítulo oscuro y doloroso de la historia colombiana. Este acontecimiento nos devuelve a la recordación de esa brutalidad y la impunidad con la que el Estado colombiano, a través de sus fuerzas policiales y el siniestro F2, trató a sus propios ciudadanos en la década de 1980.

El hecho de que ocho líderes estudiantiles desaparecieran a manos del Estado en 1982, y que recién ahora, 42 años después, la Universidad Nacional de Colombia haya otorgado títulos universitarios póstumos en su honor, es un testimonio sombrío de las profundas heridas causadas por el conflicto y la violencia estatal en Colombia.

Este gesto, aunque simbólico y conmovedor, también nos confronta con la larga trayectoria de impunidad que ha rodeado estos crímenes. Es espeluznante saber que estas desapariciones fueron perpetradas por fuerzas policiales en alianza con grupos paramilitares ligados al narcotráfico. La estigmatización y la persecución de los universitarios de izquierda durante ese período reflejan una estrategia del Estado para silenciar a aquellos que cuestionaban el régimen.

El relato de Teresa Sanjuán, buscando desesperadamente a su hermano, Samuel Humberto, encapsula el dolor y la incansable lucha por la verdad y la justicia que enfrentan las familias de las víctimas de desapariciones forzadas. La falta de un juicio justo para aquellos acusados y condenados en ausencia, así como el fracaso continuo de las autoridades para sancionar a los responsables, subraya la persistente impunidad que prevalece en Colombia.

El llamado de Cajar (Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo) para que el caso sea declarado como un crimen de lesa humanidad es un paso crucial para enfrentar este legado de violencia estatal. Es esencial que Colombia, como sociedad, asuma la responsabilidad por estos crímenes atroces y avance hacia la verdad, la justicia y la reparación para las víctimas y sus familias.

Este hecho no solo nos llama a reflexionar sobre el pasado, sino que también nos interpela sobre el presente y el futuro de Colombia. ¿Cómo podemos garantizar que estos horrores no se repitan? ¿Qué pasos deben tomarse para desmantelar la impunidad y construir una sociedad basada en la justicia y el respeto a los derechos humanos? Estas son preguntas cruciales que deben abordarse de manera urgente y con determinación.

En última instancia, el reconocimiento simbólico de la Universidad Nacional de Colombia es un paso en la dirección correcta, pero solo es el comienzo de un camino más largo hacia la verdad y la reconciliación en Colombia.

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