Por William Efraín Abella Herrera – Miembro ACO y SAO
Al concluir el periodo de tres días para subir los listados de especies de aves registradas el sábado pasado durante la celebración del Global Big Day (GBD), Colombia lidera esta actividad mundial con 1.558 especies reportadas, seguida de Perú con 1.445 y Brasil con 1.205. Estas cifras no son definitivas, ya que se entra en un proceso de revisión de la información cargada. Los resultados completos puede seguirlos en https://ebird.org/globalbigday.
El histórico actualizado de Colombia según la Asociación Colombiana de Ornitología es de 1.969 especies de aves, que comprenden 1.675 residentes, 161 migratorias y una extinta; número al que si sumamos las erráticas (77), hipotéticas (70) e introducidas (6), superamos fácilmente las dos mil especies de emplumadas en el territorio nacional, de las cuales 84 sólo se pueden apreciar dentro de él.
Estos datos dan constancia que Colombia es el país de las aves, mas al acercarnos a las regiones nos encontramos con un ejercicio realizado por el Instituto Humboldt, basado en los mapas de distribución que trae la Guía ilustrada de la Avifauna colombiana del biólogo Fernando Ayerbe Quiñones, el cual muestra que los Departamentos con mayor biodiversidad de aves en Colombia son Cauca (1.409), Nariño (1.384) y Antioquia (1.125).
Al pasar la mirada por los resultados de las jornadas de pajareo, conocidas como Big Days, vemos que los datos están alejados de los históricos, ya que no se puede equiparar una jornada de 24 horas de observación, con el registro científico que de nuestras amigas alares han realizado ornitólogos y naturalistas, durante muchas décadas.
Una cosa a destacar – que muestran los registros del GBD – es el creciente número de personas que salen a observar aves, lo cual se traduce en parte en un mayor número de listados presentados durante estas jornadas, registros que serían superiores sino sólo se dependiera del esfuerzo voluntario de las comunidades y pajareros, sino también de un compromiso serio y articulado de los estamentos gubernamentales, de fortalecer este gratificante pasatiempo, que bien orientado se traduciría en bienestar mental para los seres humanos, y en acciones pertinentes de protección y restauración de los hábitats de las aves.
En ese orden de ideas, el año pasado Colombia actualizó su Estrategia Nacional para la Conservación de las Aves, conocida como ENCA, un documento que no puede ser otro saludo más a la bandera, sino más bien, la hoja de ruta de toda política y actividad que en nuestro país y región se realice, para que sigamos siendo el territorio de las aves, porque lo otro que queda… tristemente es la extinción.
