Por Alejandro Zúñiga Bolívar, El Nuevo Liberal
Juan Fernando Cristo ha sido designado como el nuevo Ministro del Interior de Colombia, reemplazando a Luis Fernando Velasco. Este cambio en el gabinete del presidente Gustavo Petro no solo ha captado la atención nacional, sino que ha suscitado un debate profundo sobre el futuro político del país y las implicaciones de la tarea encomendada al nuevo ministro.
El presidente Petro ha dejado claro que la misión de Cristo será hacer realidad la expresión del poder constituyente. Esta declaración ha generado confusión y especulación, ya que parece insinuar la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente y, no en pocos casos, el presidente ha sugerido que, para lograrlo, no necesariamente se debe seguir las vías institucionales previstas en la Constitución Política de Colombia.
Contexto del Nombramiento
Juan Fernando Cristo es un político con una larga trayectoria en la política colombiana. Su experiencia como Senador, Ministro del Interior, Embajador de Colombia en Grecia y Cónsul General en Caracas y su participación en el proceso de paz con las FARC le han dado un perfil destacado en el ámbito nacional. Sin embargo, su nombramiento como Ministro del Interior ha sido polémico, sobre todo por sus declaraciones en contra de una Asamblea Nacional Constituyente en el contexto actual de Colombia.
Cristo había manifestado en varias ocasiones que, dada la polarización y las tensiones políticas actuales, una Constituyente podría exacerbar los conflictos en lugar de resolverlos. No obstante, en su primer discurso como Ministro del Interior, Cristo ratificó que trabajaría para allanar el camino hacia una Asamblea Nacional Constituyente, pero siempre respetando las vías previstas en la Constitución.
La coherencia en la política.
La coherencia política es un pilar fundamental para la confianza en los líderes y las instituciones, aunque es algo muy poco frecuente. Nos hemos acostumbrado a escuchar que “la política es dinámica” para justificar los cambios de posición de quienes ejercen el poder. Y si bien los cambios de postura pueden ser vistos como una muestra de flexibilidad y adaptación a nuevas realidades, también es cierto que los cambios sin mayores justificaciones pueden generar desconfianza e imprevisibilidad. En un ministerio tan crucial como el del Interior, la confianza es esencial para consolidar procesos y garantizar la estabilidad institucional.
El giro en la postura de Cristo ha sido recibido con escepticismo por algunos sectores, que ven en esta aparente contradicción una señal de inconsistencia. Sin embargo, otros argumentan que su disposición a trabajar dentro del marco constitucional para avanzar en la agenda del presidente Petro es una muestra de pragmatismo político.
Peligros de la Imprevisibilidad
La imprevisibilidad en la política puede ser una espada de doble filo. Por un lado, puede permitir respuestas ágiles y adaptativas a situaciones cambiantes. Por otro lado, puede socavar la confianza y la estabilidad, elementos indispensables en la gestión pública. En el caso de la cartera del Interior, donde se manejan asuntos cruciales como la gobernabilidad, la seguridad interna y las relaciones con los entes territoriales, la previsibilidad y la confianza son especialmente importantes.
La decisión de Cristo de apoyar la idea de una Constituyente, siempre y cuando se realice por las vías legales y constitucionales, puede interpretarse como un intento de encontrar un balance entre su postura anterior y las necesidades del gobierno actual. Sin embargo, este cambio de rumbo debe ser cuidadosamente gestionado para evitar la percepción de incoherencia y asegurar que los ciudadanos y los actores políticos confíen en las intenciones y acciones del Ministerio del Interior.
El nombramiento de Juan Fernando Cristo como Ministro del Interior marca un momento crítico para el gobierno de Gustavo Petro. La tarea de hacer realidad la expresión del poder constituyente, en medio de la incertidumbre y la polarización política, presenta un desafío formidable. La coherencia en las posturas políticas, la claridad en la comunicación y el respeto por las vías institucionales serán claves para navegar este complejo panorama.
Cristo tiene ante sí la oportunidad de demostrar que es posible avanzar en la agenda del gobierno sin sacrificar los principios de estabilidad, confianza y, mucho menos, las instituciones. Su éxito o fracaso en esta tarea tendrá implicaciones profundas no sólo para su carrera política, sino para la credibilidad y la efectividad del Ministerio del Interior en su conjunto.
Este es un momento para observar de cerca cómo se desarrolla esta nueva etapa en el gobierno de Petro. La expectativa es que las acciones del nuevo ministro reflejen un compromiso genuino con los valores democráticos y la institucionalidad, elementos esenciales para el progreso y la cohesión social en Colombia.
La historia nos recordará cómo Juan Fernando Cristo, el “Cristo de la Constituyente”, abordó este desafío y si logró mantener el delicado equilibrio entre el cambio y la coherencia en uno de los momentos más críticos de la política colombiana reciente.
Tomada de El Colombiano
Tomada de Presidencia de la República y Vanguardia.com
