El gobierno, de manera unilateral, suspendió el cese al fuego bilateral con el Estado Mayor Central de las FARC-EP mediante el Decreto 0385. Esto ocurrió luego del ataque de la Dagoberto Ramos contra la comunidad indígena Nasa en Toribío, Esto implica el reinicio de las operaciones militares contra esta estructura armada que opera en el suroccidente colombiano.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha ordenado el levantamiento del cese al fuego bilateral con las Disidencias de las FARC en el departamento del Cauca, tras los violentos sucesos ocurridos en Toribío. El sábado 16 de marzo de 2024, miembros de las disidencias de las FARC perpetraron un ataque contra la comunidad Nasa en esta localidad, resultando en la trágica pérdida de una persona y dejando a dos heridas.
Estos graves hechos de orden público llevaron al mandatario colombiano a tomar la decisión de suspender el acuerdo de cese al fuego bilateral con este grupo armado, liderado por alias Iván Mordisco. Petro argumentó que el ataque a la comunidad Nasa violaba el acuerdo de cese al fuego, especialmente después de los diálogos llevados a cabo con la minga en Puerto Resistencia, Cali, donde se discutieron propuestas para desatar un proceso constituyente.
En respuesta a esta situación, la Presidencia de la República emitió el decreto 0385 del 17 de marzo de 2024, suspendiendo el cese al fuego en los departamentos de Cauca, Nariño y Valle del Cauca. Esto implica el reinicio de las operaciones militares contra esta estructura armada, que ha demostrado un persistente incumplimiento del acuerdo de cese al fuego a pesar de estar bajo su alcance.
Las operaciones militares se reanudarán a partir de las cero horas del 20 de marzo del presente año, marcando un cambio significativo en la dinámica de seguridad en estas regiones afectadas por la violencia insurgente.
Las organizaciones defensoras de los derechos humanos en el Cauca, así como en los departamentos de Valle del Cauca y Nariño, han declarado un estado de alerta tras la decisión unilateral del gobierno de suspender el cese al fuego bilateral con el Estado Mayor Central de las FARC-EP y todas sus estructuras operativas en el suroccidente colombiano. Esta determinación se tomó después del ataque perpetrado por la Dagoberto Ramos contra la comunidad indígena Nasa en Toribio.
Los alcaldes de los municipios del Cauca expresaron su profunda preocupación ante la posibilidad de que este conflicto armado se agudice en la región. Esta preocupación no es infundada, ya que la suspensión del cese al fuego podría intensificar los enfrentamientos y poner en riesgo la seguridad de la población civil.
Varios líderes políticos también han manifestado su escepticismo sobre la viabilidad de continuar con los diálogos de paz con estos grupos armados ilegales. Consideran que las condiciones actuales no son propicias para mantener negociaciones que busquen una solución pacífica al conflicto.
En este contexto tenso y preocupante, la comunidad internacional también está atenta a los acontecimientos en el Cauca y en otras regiones afectadas por la violencia armada en Colombia. Se espera que tanto el gobierno como los grupos insurgentes busquen medidas para evitar una escalada de violencia y retomen el camino del diálogo y la negociación para alcanzar una paz duradera.
