“Cuenta una antigua leyenda que una mujer joven inventó la pintura para aferrar sus recuerdos, para poseer la huella de un instante pasajero. Ella, de cuyo nombre el escritor romano Plinio el viejo, no quiso acordarse, era la hija de un alfarero, estaba enamorada de un hombre quep ronto partiría de viaje. En aquel tiempo era tan peligroso aventurarse por los caminos polvorientos, entre los bosques donde acechaban los bandidos, que nadie decía adiós sin un nudo en la garganta” Así comenzó Irene Vallejo la escritora española, en la inauguración de la Feria del Libro en Bogotá 2024.
La escritora Irene Vallejo, autora de “El infinito en un junco”, resalta la importancia de este enfoque al señalar la conexión ancestral entre los materiales vegetales y la supervivencia de los libros. En su opinión, esta relación simbiótica nos recuerda que la preservación de la naturaleza está intrínsecamente ligada a la conservación de nuestra herencia literaria.
La celebración del centenario de “La vorágine” en la Feria Internacional del Libro de Bogotá este año marca un hecho muy significativo en la relación entre la literatura y la naturaleza. Con Brasil como país invitado y una destacada presencia del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, la FILBo se adentra en una exploración de los vínculos entre la escritura y el entorno natural que inspira y sostiene la creación literaria.
La FILBo 2024 se adentra en diversos ejes temáticos que reflejan esta interrelación entre el libro y la naturaleza. Desde la Amazonía hasta las plantas, el medio ambiente y los saberes ancestrales, la feria busca crear un espacio donde converjan la literatura y la conciencia ambiental. Además, se explorarán temas como el territorio, la muerte y la inteligencia artificial, evidenciando cómo la escritura y la naturaleza se entrelazan en el imaginario cultural.
Con más de 2,000 actividades culturales y profesionales, la FILBo 2024 aspira a superar las cifras récord de visitantes del año anterior, reflejando el creciente interés por explorar las relaciones entre la literatura y el mundo natural. La exposición “El árbol que devoró un mundo: los rumbos del caucho en La vorágine”, curada por la académica Erna von der Walde, ofrece una mirada profunda a la historia detrás de esta obra clásica, revelando las condiciones y disputas que moldearon la narrativa de José Eustasio Rivera.
En última instancia, la Feria del Libro de este año nos invita a reflexionar sobre la importancia de preservar la naturaleza y reconocer su papel como fuente de inspiración y contexto vital para la literatura. Al conmemorar el legado de “La Vorágine” y explorar nuevas dimensiones de la relación entre el libro y la naturaleza, la feria se convierte en un faro cultural que ilumina la interdependencia entre la palabra escrita y el mundo que habitamos.
