Por: Cayo Betancourt – cayobetancourt@gmail.com – @cayobetancourt
El liderazgo debe observase desde diferentes puntos de vista y perspectivas, una de las más interesantes está relacionada con la precepción de las personas que dirige, en este contexto se pueden apreciar diferentes contextos, desde aquel que admira ciegamente a su jefe, hasta aquellos que deben soportarlo porque dependen de un pago pero a la primera oportunidad saldrían corriendo hacia una orilla opuesta. Em este artículo se discutirán las diferentes situaciones que hacen la vida imposible para las personas que son gerenciadas por malas prácticas.
Uno de los comportamientos que constituyen microagresiones, irrespeto y una delgada línea entre el abuso y el romper las reglas, está presente en aquellos jefes que ignoran a sus empleados, aunque podría observarse como un descuido involuntario, la repetición constante de estos comportamientos genera sentimiento de abandono, estrés y presión por parte del superior directo. Estas situaciones pueden presentarse de manera individual o colectiva, en la primera ocurre cuando una persona del equipo es excluida mientras que el manejo de los otros miembros continúa igual. En el segundo caso, la totalidad del equipo es descuidado, es necesario identificar las causas de estas situaciones y abordarlas de manera positiva desde la organización, especialmente respondiendo la pregunta ¿Quién no está ayudando a este gerente en su proceso de desarrollo? Las condiciones de negocio, mercado e industria no deben justificar acciones negativas hacia los empleados, done la mayoría de los casos están relacionadas con procesos de sesgo consciente o inconsciente que afectan la salud mental de las personas.
Los celos profesionales constituyen un elemento fundamental para perjudicar el entorno laboral, cuando estos se originan en un jefe inmediato las condiciones adquieren un tono diferente debido a la relación de poder que se presenta por las condiciones laborales. Los celos están basados en la inseguridad y en el entorno profesional puede observarse el riesgo no fundamentado de un cambio súbito en la organización, donde un empleado pueda ascender y liderar el equipo. Cuando los celos profesionales adquieren un tono oscuro, se produce un bloqueo hacia la persona involucrada y este bloqueo puede generar la culminación de la relación laboral, con esta medida se buscaría eliminar al obstáculo que posiblemente tomaría el lugar del jefe. Las acciones relacionadas con esta relación tóxica incluyen criticar el trabajo, indicar constantemente qué hacer y asignar tareas que nadie quiere hacer. Aunque los celos se pueden presentar de manera sutil, un entorno laboral donde el jefe presenta acciones pasivo-agresivas constituye una fuente de malestar en el empleado afectado, generalmente disminuyendo su productividad y motivación hacia el trabajo.
Como sucede en toda relación tóxica, el primer paso es identificar que existe un problema y que este problema tiene un origen. Una vez identificado, es necesario generar un plan que busque mejorar la situación en un periodo determinado. El paso más complicado es aproximarse al jefe y generar un diálogo constructivo para tener una retroalimentación frente a las situaciones observadas, estos diálogos pueden generarse en aquellas organizaciones que permiten transparencia y confidencialidad frente a comunicaciones entre los empleados, desafortunadamente en muchos casos aquellos jefes que tienen una relación de poder no son asequibles y la cultura corporativa permite estos abusos sutiles que con el tiempo afectan la salud mental de los empleados.
