En la capital caucana se llevó a cabo la histórica y emblemática procesión de Nuestra Señora de Belén, la cual partió del templo de Belén, finalizando en la iglesia San Francisco.
Por Angie Castillo/ Redacción El Nuevo Liberal
Este domingo 10 de diciembre, la ciudad de Popayán se llenó de fervor y tradición al celebrar la bajada de la imagen de Nuestra Señora de Belén desde el Santuario de Belèn hasta el Templo de San Francisco. Esta festividad, que cumple 336 años de historia, es una de las más antiguas de la ciudad y se ha convertido en un momento muy especial para los payaneses.
La festividad de Nuestra Señora de Belén se remonta al año 1689, cuando el Templo dedicado a la Virgen fue construido gracias a la generosa donación de Juan Antonio de Velasco, un mulato liberto que había sido esclavo del cura de Almaguer. En la procesión de la bajada, la imagen de la Virgen de Belén, acompañada de San José, fue llevada en andas desde el Santuario hasta el Templo de San Francisco. Además de la imagen principal, se sumaron otros pasos que representan pasajes bíblicos del nacimiento de Jesús, enriqueciendo así la tradición.
Durante la procesión, se escucharon las melodías de las chirimías, se usaron sahumadoras para perfumar el aire y diversas bandas musicales amenizaron el recorrido. Estas manifestaciones artísticas y religiosas son parte esencial de la festividad, y reflejan la devoción y alegría de los fieles.
La festividad de Nuestra Señora de Belén es un ejemplo de cómo la fe y la tradición se han mantenido vivas a lo largo de los años en la ciudad de Popayán. Esta celebración no solo honra a la Virgen María, sino que también recuerda la importancia de la Natividad de Jesús en la religión católica.
La festividad continúa durante los próximos días, culminando con la subida de la imagen de Nuestra Señora de Belén nuevamente al Santuario. Los fieles esperan con devoción este momento, que representa el cierre de una celebración llena de fe y alegría en la ciudad de Popayán.
La festividad de Nuestra Señora de Belén en Popayán ha conseguido perdurar a lo largo de los años gracias a la fervorosa devoción de los payaneses, quienes participan activamente en las celebraciones y se dedican a preservar las tradiciones religiosas. Esta festividad no solo es importante a nivel religioso, sino también cultural, ya que resalta la identidad y la historia de la ciudad de Popayán.
