Por: Sebastián Silva-Iragorri
Todo pareciera estar dicho cuando Cervantes en su Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha nos describió la lucha entre lo espiritual y lo material, entre lo sublime y lo absolutamente terrenal, entre la ambición y los ideales, trasladando nuestras vidas a realizar aquel inventario que siempre hay que hacer para ajustar conductas, mejorar procederes, cultivar buenas actitudes y en fin adquirir progresos en la personalidad individual con gusto, disciplina y constancia. Cervantes tuvo muchas oscilaciones en su vida y de instantes de triunfos y alegrías pasó a momentos de dificultades extremas, estuvo cautivo por un pirata, participó en la batalla de Lepanto donde fue herido con gravedad y estuvo en la cárcel de Sevilla en donde escribió apartes de su obra monumental. Visité Alcalá de Henares, estuve en su casa y sentí su espíritu y su honor, fue maravilloso vivir en ese aire, ese sol y esa naturaleza, la misma que él observó y que en realidad nos permitió recuperar su memoria y comprender su obra.
Estoy seguro, que todos los seres humanos tenemos algo de profetas, son muchas las veces que hemos anticipado acontecimientos. Hace 2 semanas escribí sobre la posibilidad de una Constituyente y preciso en la semana siguiente el presidente Petro destapó otra de sus cartas en su itinerario ideológico y procedimental donde nada es improvisado. Petro lleva 30 años pensando lo que haría al llegar al poder y lo está haciendo. Es muy difícil que logre convocar por las vías constitucionales y legales una Constituyente e incluso el tiempo no le alcanzaría, pero no podemos dejar de pensar que detrás de ese anuncio puede existir la intención de tapar escándalos con esta cortina de humo o empezar ya la campaña de 2026 con esa bandera que esgrimiría su candidato como programa principal. De todas maneras, si llegare a existir una Constituyente, ya lo anuncié y vuelvo a decirlo, quisiera ser integrante de esa Asamblea. Tendríamos que ir allá a defender la libertad, la democracia, el orden, la autoridad, la propiedad privada, la justicia, la equidad, la salud, el empleo, la vivienda digna, el capitalismo social, la mujer, la educación y la familia.
También hace una semana me referí al transfuguismo y hoy está en todas las noticias. Me opongo a esa posibilidad que no es más que un mercado disfrazado de política. Se está impulsando para tratar de atraer al Pacto Histórico congresistas de otros partidos y componer unas mayorías que ayuden en el trámite aprobatorio de las reformas y la Constituyente en el Congreso. El transfuguismo invita a ofrecer y halagar con toda clase de prebendas y lógicamente habrá espíritus apocados pero ambiciosos, estilo Sancho, que correrán a recibir y comer con las manos los tesoros del poder.
Tenemos que actuar con los ideales de Don Quijote, pero con la agudeza y sabiduría de quienes piensan primero en la patria que en intereses personales disfrazados de ideología.
En Colombia todo puede pasar, se robaron un plebiscito a los ojos de un País atónito, violando y acomodando todas las normas para burlarse de la voluntad popular, de tal manera que en esta ocasión mucha atención, mucha fortaleza, mucho valor y mucha inteligencia para no dejarnos engañar.
Mi llamado es a no temer sino enfrentar las situaciones con talento, pensemos en el Ingenioso Hidalgo de la Mancha y levantemos nuestras lanzas con decisión y valor y hagamos pedagogía con Sancho para que entienda que no todo se reduce a lo material y que hay luchas en que debe estar del lado del espíritu. Colombia está cercana a una gran batalla intelectual y electoral donde debe primar la reflexión, el valor y el honor para triunfar y superar esta historia que nos ha tocado vivir. Esta batalla la ganamos, no solo porque somos mayoría, sino porque estamos con Dios y somos más Quijotes que nunca para salvar a Colombia.
