Por Jesús Fernando Vega Muñoz. Pbro.
Hace muchos años el estar enfermo era según la mentalidad de la época era signo de impureza, como aquella mujer del evangelio era considerada impura por los flujos de sangre que ella tenía, era marginada, no podía ni siquiera tener una familia, no se podía relacionar con nadie, vivía sola, con un corazón herido como tantos hombres y mujeres que hoy día por tener una enfermedad están con el corazón herido, ¿sabes cual es la peor enfermedad de la vida? ¿Será que es el cáncer, el vih, la hepatitis, etc? No. ¿Sabes cuál es la peor enfermedad? Es la indiferencia, la falta de AMOR, es el no poder ser amado y amar, por la indiferencia con aquella mujer por sus flujos de sangre no podía tener una vida social por ser considerada impura, pensemos en nuestros afectos que es Jesús que nos puede sanar.
Esta mujer no tiene un nombre concreto, por eso todos nos podemos identificar, pues asi como esa mujer buscamos y buscamos la cura pero sin ningún bien mas bien yendo de mal en peor, cuantas veces hemos buscado el remedio sin encontrarlo gastando todo hasta nuestras propias fuerzas para llenarnos de amor, muchas veces el poder, el dinero, el reconocimiento, nos puede hacer felices por un momento, ¿pero sabes algo? El amor no se compra, es gratuito, aceptémonos tal y como somos, no vivamos de apariencia, de solo lujos y deudas y cirugías estéticas pero muchas veces el cerebro y el amor no lo trabajamos, el amor no es apariencia. La mujer del evangelio elige a Jesús, ella busca el contacto con aquel que la puede sanar, Jesús espera que nos encontremos con él, que podamos abrir nuestro corazón pues al entrar en intimidad con Jesús se curan nuestros apegos.
Jesús va en busca de un CORAZÒN lleno de amor y de Fe, Jesús mira directamente a la persona no a la cantidad de gente como lo hacemos nosotros muchas veces, él no se detiene a mirar el pasado ni loe errores, pues todos tenemos una historia y en esa historia nosotros lo que hacemos es juzgar y señalar, criticamos a los demás su pasado, pero Jesús busca la manera de que nos podamos salvar.
El estilo de Jesús es la cercanía con los que no cuentan y no valen para muchos rechazados, con ternura llama y quiere que dejemos sanar nuestro corazón, mira a tu alrededor y si ya sanaste el corazón podrás ver cómo, así como en un momento te sentiste y fuiste sanado así mismo hay muchas personas que viven cerca de ti se sienten heridas y solas, necesitan sentirse amadas, que no juzgue, sino que acojas, el amor sana cualquier herida, la fe en Jesús produce salud física y espiritual, muchos lo rechazan pero como Jairo o la mujer hemorroisa busquemos a Jesús pues el nos dice: no temas, basta que tengas fe, ahora levántate.
