Por William Efraín Abella Herrera – Miembro de ACO y SAO – abella@unicauca.edu.co
Me imagino a nuestros abuelos con sus miedos infundados, a la luz de las velas – en la penumbra de las noches de luna – escuchando la vocalización lúgubre de esta ave, sin saber que era este alar… ¡Uy qué susto! Seguro este fue el génesis de los mitos de la Llorona y la Viuda. De razón algunas comunidades le llaman “Pájaro Bruja” y “Pájaro Fantasma”.
Al ser una especie nocturna que durante el día duerme erguida sobre la parte superior de troncos verticales, dirigiendo su cabeza hacia el cielo, se le conoce también como “Miraparriba”, “Bienparado”, “Pájaro Estaca” y “Pájaro Palo”. Otros vernáculos están relacionados con el cómo la gente interpreta su vocalización típica, de ahí los nombres de “Ayayaymama”, “Buenpión” y “Pájaro Juan”. Este último en Popayán ya que nos parece que su canto dice: “Juan Juan Juan Juan Juan”.
En el campo de la taxonomía se le conoce como Nyctibius griseus, que traducido es “habitante de la noche, de color gris”. Luis Germán Olarte nos cuenta que el nombre de Urutau, que se le da en buena parte de Suramérica, es un término en lengua tupi que significa: “ave fantasma”. En el libro Aves en el Pueblo Nasa se les clasifica bajo la denominación alar “Kupe”, esto es, aves de la noche que espiritualmente pronostican y previenen hechos negativos que pudieran ocurrirle a la comunidad.
El Pájaro Juan, como todos los nictibios, beneficia las actividades humanas al cazar al vuelo durante la noche un gran volumen de insectos, como tal, es un control idóneo de invertebrados voladores, desempeñando un gran papel en los ecosistemas. Durante el día duerme erguido perchado en un tocón de árbol o poste pasando desapercibido por su plumaje críptico, algo así como, está frente a tus ojos, mas no lo ves.
Cuando lo detectemos, la recomendación es dejarle descansar en paz, a nadie le gusta que le moleste cuando está durmiendo. Lo otro es guardar, tanto para ésta como para las demás especies de aves, la distancia prudente de su sitio de incubación y crianza. En las observaciones nocturnas, no apuntes la luz directa de la linterna a los ojos de estas aves. Si tomas fotos, evita el uso del flash.
Esta especie pone un huevo en cualquier concavidad poco profunda que encuentre en las ramas rotas de los árboles, o en la parte superior de postes. El huevo queda expuesto, el cual es incubado en turnos por ambos padres. El cuidado y alimentación de los polluelos también está a cargo de los dos adultos. En algunos casos el polluelo queda solo por largo tiempo.
En general le hemos observado solitario; en pareja durante la temporada de incubación. Se le ve en familia durante el lapso que dura la crianza. Son alares de bosque, borde de bosque y de caminos, a su vez, zonas perturbadas con árboles dispersos, incluso se le ha visto en áreas urbanas capturando insectos que llegan al alumbrado.
¿Qué hacer por esta ave? Teniendo en cuenta que son de vida nocturna, por ninguna razón perturbar su descanso diurno. A su vez realizar procesos de educación ambiental comunitaria para que reconozcamos la importancia de estos alares en las actividades humanas, al desempeñarse como controladores naturales de insectos que afectan los cultivos. Estos procesos deben partir de recoger las creencias que la gente tiene de estas aves, y desde ahí proyectar acciones transformadoras.
