Padre: Jesús Fernando Vega Muñoz Pbro
La liturgia de este quinto domingo de Cuaresma proclama el Evangelio que algunos griegos, tenían curiosidad por lo que estaba haciendo Jesús, ellos querían verlo «Queremos ver a Jesús», los discípulos van al Maestro. Y hoy en la petición de aquellos griegos podemos ver a tantos hombres y mujeres, que así mismo hoy decimos: “Queremos ver a Jesús”.
Jesús responde de esta manera, que Él es la semilla dispuesta a morir para dar mucho fruto. Con esto quiere decir: si quieres conocerme, mira el grano de trigo que muere en la tierra, es decir, mira la cruz.
La cruz expresa amor, servicio, entrega sin reservas, amor a los nuevos Cristos, amor por los más necesitados, por eso nosotros los evangelizadores debemos salir de la comodidad y estar con los mas necesitados, salir a las periferias, ponernos las botas y adentrarnos a los más necesitados, salir de los despachos y sacristías y estar con la gente, sobre todo con el más necesitado.
También hoy mucha gente, incluyéndonos queremos “ver a Jesús”, encontrarlo, conocerlo. Por eso necesitamos la cercanía, compasión y ternura, esto se da en el servicio. ¿Y cómo lo hacemos? Sembrando semillas de amor no con palabritas, sino con gestos de amor y fraternidad.
En el terreno seco, si regamos la semilla brota la vida, para dar fruto del 30 o 100 por 1.
La conversión de muchas personas al cristianismo no se debe solamente a la predicación de la palabra sino al testimonio comprometedor con aquel que se hace Palabra salvífica para los que no son y no cuentan. Y actuar siempre con compromiso evangélico causará siempre repudio y odio por parte de quienes se ponen a ver una realidad que interpela, pero que no se pretende ver porque incomoda. La firmeza de la teología se encuentra en la interpretación del texto que se vuelve vida en acciones concretas de un pueblo que necesita soluciones a sus marginalidades y exclusiones dentro de un sistema político cerrado y dogmatizado en un Cristo solamente de ritos y sin ningún contenido practico en una realidad, historia o en situaciones concretas de hombres anónimos que mueren por la falta de compromiso evangelizador de los que hacen solamente texto y no se percatan que esta letras no se podrán convertir en lenguaje sino se llevan a la acción dentro de una sociedad que espera y puede ser liberada. Ahora bien, el verdadero compromiso de nosotros como Misioneros es hacer que estos textos se conviertan en palabras y acciones vivas, en algo que se vea y se pueda palpar, ayudando a esos nuevos Cristos sin excluir a nadie.
