En Guachené, municipio del norte del Cauca, el personal médico del centro asistencial local fue agredido por un familiar de un paciente, en un acto de intolerancia que también causó daños a las instalaciones. El gerente de la ESE Norte 2, Luis Eduardo Banderas Fori, condenó enérgicamente este incidente y llamó a la comunidad a respetar la labor de la misión médica.
Por Daniela Mondragon , El Nuevo Liberal
Una situación de intolerancia sacudió al municipio de Guachené, ubicado al norte del departamento del Cauca, cuando el personal médico del centro asistencial local fue víctima de agresiones por parte de un familiar de un paciente. Este lamentable incidente no solo puso en riesgo la integridad del personal médico, sino que también resultó en daños a las instalaciones del centro asistencial.
El gerente de la ESE Norte 2, Luis Eduardo Banderas Fori, expresó su contundente rechazo hacia estos actos de violencia injustificada. Según Banderas, el incidente ocurrió cuando ingresó al centro asistencial una paciente de 60 años, aparentemente sin signos vitales. En medio de la desesperación, uno de los familiares de la paciente agredió verbal y físicamente al personal médico presente y causó destrozos en las instalaciones.
“Hacemos la invitación de manera vehemente a la comunidad para que respeten la misión médica”, declaró el gerente Banderas. Subrayó que el personal médico está comprometido en brindar un servicio esencial a la comunidad, y que merecen ser tratados con respeto y reconocimiento por su labor en condiciones muchas veces difíciles.
El llamado del gerente de la ESE Norte 2 busca sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de proteger y apoyar al personal de salud, especialmente en momentos críticos como el vivido en Guachené. La violencia contra los profesionales de la salud no solo pone en riesgo sus vidas y seguridad, sino que también afecta negativamente la prestación de servicios médicos indispensables para la población.
Las autoridades locales han sido alertadas sobre el incidente y se espera que se tomen medidas adecuadas para asegurar la protección del personal médico y garantizar que estos actos de violencia no se repitan. La comunidad y las instituciones de salud trabajan unidas para promover un entorno seguro y respetuoso, donde el personal médico pueda desempeñar su crucial labor sin temor a agresiones injustificadas.
