martes, julio 2, 2024
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Shirley

Por: Harold Mosquera Rivas

La Historia de Shirley Chisholm es contada en la película de Netflix titulada: Shirley, en ella se cuenta la historia de la primera mujer negra que fue elegida congresista en los Estados Unidos, conservando su curul desde 1969 hasta 1983, es decir, durante 7 mandatos. Para la mayoría de los colombianos, este nombre no dice nada, igual acontece con muchos norteamericanos, sin embargo, la pretensión de la película es visibilizarla ante los ojos del mundo y destacar su maravilloso legado. Esta mujer, se atrevió a lanzar su candidatura a la presidencia de los Estados Unidos por el partido demócrata, siendo la primera afroamericana en intentarlo, cuando todos consideraban que aquello era una locura. Viendo la película se me ocurrió que, así como le han dedicado dos series a la vida de la cantante de música de despecho, Arelys Henao, deberían hacer una película o una serie de televisión a las pioneras de la participación de las mujeres en la política colombiana, Esmeralda Arboleda Cadavid, quien naciera en Palmira Valle en 1921, siendo hija del payanés Fernando Arboleda López y la Antioqueña Rosa Cadavid Medina. Se destacó como la primera mujer senadora y embajadora de Colombia y doña Josefina Valencia Hubach, su compañera de causa en la lucha por el derecho de las mujeres al sufragio en nuestro país, esta última llegando a ser gobernadora y ministra, entre otras mujeres destacadas del país. La mayoría de nuestros jóvenes desconocen las luchas de estas mujeres admirables y quizás por ello, hay quienes en estos días atacan con sevicia a mujeres de nuestro departamento como Paloma Valencia y Francia Márquez, quienes a pesar de estar en orillas ideológicas y sociales diferentes, representan a la mujer caucana que lucha por el poder, pero lo evidente es que aún no nos hemos acostumbrado a ver a la mujer en tan altas dignidades. Desde que se estableció la elección popular de alcaldes y gobernadores, el Cauca ha tenido un gobernador indígena, el taita Floro Tunubalá Paja y un Gobernador Negro, Elías Larrahondo Lucumí, pero en ninguna de esas dos dignidades hemos visto posesionarse a una mujer. La situación ha sido tan grave, que fue necesario adoptar una ley de cuotas, para obligar a los partidos y movimientos políticos a incluir en sus listas y en sus gabinetes a una fracción de mujeres, pero hasta la ley de cuotas ha sido superada por la discriminación. Pues en muchas listas se incluyen las mujeres para cumplir la cuota, sabiendo de antemano que, a través de figuras como el voto preferente, la mayoría de las candidatas se van a quedar por fuera. Me parece que es el momento de reivindicar la posibilidad real de que las mujeres accedan al ejercicio real del poder y para ese propósito, la película Shirley es un buen insumo para la discusión, a lo que podemos agregar espacios académicos, culturales, sociales y políticos para visibilizar el legado de mujeres como Nazly Lozano, Leonor González Mina, Delia Zapata Olivella, Teresa Martínez y por supuesto Esmeralda Arboleda Cadavid y Josefina Valencia Hubach, entre otras.

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