martes, julio 2, 2024
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The Plush Ripper

Por Gustavo Adolfo Constaín Ruales. X @moldergc

Capítulo I_53.

Las enfermedades: El Covid-19. Parte final.

A comienzos del siglo XX, la isla de Ellis en Estados Unidos fue territorio de llegada masiva de inmigrantes procedentes de todo el mundo, pero las leyes de eugenesia promulgadas por los Estados Unidos prohibían la entrada de personas provenientes de países de Europa Oriental, así como de gitanos, judíos o cualquier grupo que se considerara contaminante para el “American way of life”.

Los inmigrantes eran sometidos a pruebas de inteligencia, y aquellos que no las superaban eran rechazados. Sin embargo, esto era simplemente un eufemismo para encubrir el verdadero propósito. Posteriormente adoptadas por la población estadounidense en general, estas pruebas llevaron a la implementación de programas de esterilización a gran escala. Los principales afectados por estas medidas fueron los pobres y los afroamericanos, y se agravaba aún más si existía un historial de alcoholismo en la familia. Se realizaron estudios para respaldar la teoría de que los descendientes de alcohólicos serían inherentemente deficientes. La eugenesia se promovía en el sistema educativo como algo obligatorio que debía ser adoptado por todas las capas de la sociedad, e incluso se organizaban concursos para elegir a la familia americana ideal.

En la década de 1930, cuando las personas huían de Alemania, se encontraron con pocas oportunidades de refugio, ya que Estados Unidos les cerraba las puertas. Los defensores de la eugenesia, con sus tácticas y escritos, influyeron en los nazis y en Hitler, quien frecuentemente elogiaba a los norteamericanos como los verdaderos pioneros de sus ideas raciales.

La supremacía de los “más aptos”, basada en las leyes de Darwin, pero aplicada por el hombre para consolidar su poder, ha sido una constante a lo largo de la historia. La modernidad y los brotes víricos han proporcionado una oportunidad única para implementar esta ideología a gran escala. Tras el Ébola llegó el Covid-19: la otra enfermedad a la que nos enfrentamos, atribuida a los murciélagos y que se transmitió de animales a humanos (un origen zoonótico) conocida también como el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS, por sus siglas en inglés) de Wuhan o la neumonía de Wuhan. Hasta la fecha ha provocado la muerte de aproximadamente 29 millones de personas, según cifras conservadoras.

Las compañías farmacéuticas obtuvieron ganancias superiores a los cien mil millones de dólares, una cifra que probablemente sea moderada, gracias al dinero proveniente de fondos públicos en todo el mundo. Curiosamente, muchas de estas empresas estaban al borde de la quiebra antes de la aparición del nuevo virus.

Es innegable que el virus del coronavirus afectó de manera desproporcionada a las sociedades más pobres y con menos recursos médicos y administrativos. En algunos casos, la falta de financiación llegó al extremo de que las personas ni siquiera recibían un entierro adecuado, siendo abandonadas a su suerte en la calle.

Es importante señalar que el Covid-19 no fue creado en laboratorios estadounidenses, como se ha sugerido en algunos casos. Como lo ha afirmado contundentemente el investigador J.J. Benítez, para generar la pandemia se utilizaron varias cepas de virus mortales, así como otros ya erradicados. Las medidas para erradicar la superpoblación y evitar el calentamiento global fueron la causa, el verdadero nuevo orden mundial, debía empezar. El control poblacional y la supervivencia del más apto son los objetivos primordiales, en esa noble causa para seguir con la gran obra, la providencia guiaba a estos médicos y científicos valerosos.

La gente se enfermaba un lunes y moría asfixiada un viernes. Los viejos y los más débiles morían prematuramente. Debían dar paso al hombre sano que dominaría el mundo. Los viejos, los pobres, los enfermos representaban un estorbo, eran prescindibles, solo contaminaban: la lumpen debía desaparecer.

Una nueva casta de hombres y mujeres esbeltos, bellos y cultos debía conducir al ser humano hacia una nueva era. Los seres inferiores se han reproducido como cucarachas y deben ser exterminados. Los hombres sabios y los médicos, por medio de la ciencia aplicada, debían extirpar este cáncer. Las enfermedades, iguales a plagas, daban la solución: el Covid-19 fue el ensayo inicial.

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