Por: Sebastián Silva-Iragorri
La inquietud, la ansiedad y la impaciencia de muchos se siente en la energía que se transmite hoy en los debates, las reuniones, las opiniones y los comentarios en los grupos, en los medios de comunicación, en juntas directivas, en reuniones sociales y en las agendas partidistas que también andan confundidas y casi sin ideas. ¿Por qué no hay propuestas grandes? Pues porque se está reduciendo la política a solo agravios, injurias, calumnias, falsedades, engaños, montajes y toda la demás parafernalia de resentimientos, división y odios arrancando desde el liderazgo de la Nación. Hace pocos días escuché en una canción la frase que con gran realismo se puede aplicar para el momento actual: “Que nadie se robe los sueños de un País que no está en venta”. De inmediato quise destacar algunas noticias que pudieran refrescar o dar un poco de luz a situaciones complicadas en nuestra Patria. La industria del café ha sido pieza fundamental de nuestro desarrollo económico y desde 1927 en Medellín empezó a funcionar la Federación Nacional de Cafeteros con uno de los más importantes objetivos, posicionar a nuestro café para el consumo nacional e internacional bajo estándares de alta calidad. Casi 100 años después podemos decir que se ha venido cumpliendo la misión con gran continuidad y transparencia desde su fundación en la presidencia del conservador Miguel Abadía Méndez. No podemos dejar destruir esta obra con intromisiones estatales abusivas o imposiciones de nuevos directivos para dominarla, cuando sus órganos y direcciones arrancan desde una organización cafetera democrática. El Fondo Nacional del Café no puede convertirse en una amenaza del gobierno de turno para obtener ventajas y presiones en el manejo autónomo y objetivo de los cafeteros. Un resplandor de esperanza se observó con la celebración, el 27 de junio, del día nacional del café con participaciones y declaraciones de los cafeteros de lealtad a su independencia y a su trabajo en favor del sector y de las 550 mil familias que reciben los beneficios de la política cafetera. Los colombianos defendemos la Federación, su independencia y sus labores, con valor y decisión y con el sentido de la excelencia y mejora continua.
Otro resplandor apareció cuando escuchamos voces muy autorizadas que están respaldando el mantenimiento de la objetividad e imparcialidad de la Corte Constitucional que funciona desde febrero de 1992. Están para vencerse los periodos de 4 magistrados y esperamos que la elección de cada uno de sus reemplazos se realice con severo análisis de las calidades de los aspirantes sin sesgos politiqueros. La Corte Constitucional reglamentó el procedimiento y el trámite de las demandas y se permite ahora suspender provisional y previamente las normas que se consideren, en el primer examen, como violatorias directas de la Constitución. Así se frena en los primeros intentos cualquier posibilidad de falsas apariencias jurídicas. Tampoco se le pueden imponer decisiones a la Corte con manifestaciones públicas políticas. Los magistrados de la Corte Constitucional los elige el Senado de la República de ternas que presentan el Presidente, la Corte Suprema y el Consejo de Estado. Hacemos un llamado para mantener la absoluta neutralidad de la Corte Constitucional como guardián final de nuestra Carta Magna.
Esperamos que estas peticiones para preservar la independencia de la Corte y salvar la Federación Nacional de Cafeteros reciban un respaldo mayoritario de los sectores ciudadanos y gremiales.
La lucha continúa y más ahora que se agita en el Caribe, incluyendo a Colombia, el paso del huracán Beryl, que aspiramos reduzca sus velocidades tormentosas, agitadas y destructivas y logre su transformación hasta su desaparición.
Finalmente hago un llamado en favor del Cauca para que logremos avanzar en los procesos de adjudicación de la vía Timbío-El Estanquillo en el 2024 y de la gran vía hasta Pasto que debe convertirse en una real avenida panamericana que nos conduzca al progreso manteniendo la esperanza de los pueblos de América en sus planes de desarrollo y bienestar colectivos.
