Es fundamental que todos los actores sociales y políticos se unan en la lucha contra la violencia y trabajen de manera conjunta para construir una sociedad en la que se respeten los derechos humanos y se promueva la convivencia pacífica.
Por Angie Castillo/ Redacción El Nuevo Liberal
En la mañana del 19 de enero del 2024, se registró un hecho de violencia en la vereda Loma del Carmen, entre los municipios de Caldono y Silvia, en el departamento de Cauca, Colombia. En este incidente, el mayor espiritual Alirio Chocué Molano fue asesinado en su propia casa por hombres fuertemente armados.
Este trágico evento ha generado una alerta humanitaria en la comunidad de Pueblo Nuevo Caldono, ya que pone en riesgo la vida y la integridad física de sus habitantes. Ante esta situación, la autoridad y la Guardia Indígena han elevado su nivel de alerta máxima con el fin de brindar seguridad y protección a la comunidad afectada.
El Consejo Regional Indigena del Cauca (CRIC) ha emitido un informe en el que rechazan este acto de violencia y demandan el respeto a la vida y al bienestar de los pueblos indígenas. Esta organización humanitaria se solidariza con la comunidad de Pueblo Nuevo Caldono y hace un llamado a poner fin a la violencia que afecta a estas poblaciones.
La muerte del mayor espiritual Alirio Chocué Molano constituye un grave atentado contra la armonía territorial de los pueblos indígenas, ya que representa la pérdida de un líder espiritual y una figura de referencia para toda la comunidad. Su asesinato no solo causa dolor y luto, sino que amenaza con desestabilizar la vida en el territorio y generar un clima de temor e inseguridad en la población.
Se requiere que las autoridades competentes investiguen este caso de manera exhaustiva y esclarezcan los motivos detrás del asesinato de Alirio Chocué Molano. Es imperativo que se haga justicia y se identifiquen y capturen a los responsables de este acto violento para garantizar la seguridad y la paz en la región.
Según la declaración del CRIC, la comunidad de Pueblo Nuevo Caldono y los pueblos indígenas de Colombia no pueden seguir sufriendo las consecuencias de la violencia que azota el país. Es necesario que se implementen medidas eficaces para proteger y garantizar los derechos de estas comunidades, así como para prevenir futuros hechos de violencia.
