Un ataque devastador del Estado Islámico en las afueras de Moscú deja una estela de muerte y destrucción, reivindicaron el acto como represalia por la participación rusa en conflictos en Siria y el Sahel africano, marcando el primer gran atentado en Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania.
Por REDACCIÓN EL NUEVO LIBERAL
Un devastador ataque perpetrado por el grupo terrorista Estado Islámico ha sacudido la capital rusa, Moscú, dejando tras de sí una estela de muerte y destrucción. Este acto violento, que ha cobrado decenas de vidas, marca el primer atentado terrorista de gravedad en Rusia desde el inicio de la guerra en Ucrania.
El incidente tuvo lugar en la ciudad de Krasnogorsk, en las afueras de Moscú, donde un grupo de extremistas atacó a una congregación de cristianos, según informes oficiales. El ataque resultó en cientos de víctimas, entre fallecidos y heridos, además de provocar una gran destrucción en la zona objetivo.
El Estado Islámico reivindicó la autoría del atentado a través de su canal de Telegram, declarando que sus combatientes llevaron a cabo el ataque como represalia por la participación de Rusia en los conflictos de Siria y del Sahel africano. Según el comunicado, los terroristas lograron retirarse a sus bases de manera segura después de la operación.
Este trágico suceso constituye el mayor atentado perpetrado en la capital rusa en más de una década, generando conmoción y consternación en la sociedad. Las autoridades rusas han prometido una respuesta firme y decidida ante este acto de barbarie, mientras continúan las labores de rescate y recuperación en la zona afectada.
