Bernardo Ordóñez Sánchez*
El 15 de septiembre de este año se inicia las inhabilidades para ser elegido congresista, también se oyen voces de personas que postulan para la candidatura presidencial. En el contexto político nacional no es inusual que los aspirantes presidenciales comiencen a posicionarse y a establecer sus bases de apoyo con varios años de anticipación a las elecciones. La preparación temprana les permite construir una plataforma para conectarse con distintos sectores de la sociedad y establecer su postura.
Desde ya empiezan a moverse las estrategias para conseguir la presidencia de Colombia, a pesar que estamos a dos años de la elección de presidente y Congreso, la coyuntura nacional e internacional mueve los factores que influyen en la decisión electoral, algunos aspirantes comienzan a establecer su presencia pública y trabajar en construir su imagen con anticipación.
En efecto, la campaña electoral del 2026 se está calentando, para ello, son muchos los modelos estratégicos que suelen utilizarse para ser candidato, El análisis del contexto de la campaña está en lo político, social y económico del país, así como una comprensión profunda de las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía.
Los partidos políticos, diferentes al del presidente, independientes o de oposición, tímidamente empiezan a conectarse con los diferentes segmentos de la población, movilizan su electorado, estos partidos deben exponer propuestas concretas viables que recojan las necesidades y preocupaciones de la población, hoy rechazan las reformas que presenta el gobierno, dejando las cosas como vienen para seguir en el pasado. Al no presentar políticas de estado sensibles, coherentes, gruesas que recoja el sentir de la necesidad de la ciudadanía y también de aquella gente que voto por un cambio, se convierte en política partidista que solo sirve para obtener reelección en el congreso, más no para ganar una presidencia.
Si bien es cierto que el gobierno lleva ventaja, y que no le ha dado respiro a los contradictores para que estos propongan, los partidos están empeñados en atajar al gobierno en sus reformas, cosa difícil, ya que no están organizados, sus miembros hacen figuración individual, y no se ve una estrategia colectiva ordenada.
Lo más posible es que saldrán candidatos presidenciales que no son de partidos políticos, más bien, saldrán aquellos candidatos que logren identificar propuestas que no sean excluyentes de los partidos ni del gobierno, con una agenda multifacética, que busque fortalecer su programa tanto presidencial como legislativa.
Lo cual apunta, a que se empiece hablar y oir de actores políticos independientes que generan debate público, cuya opinión por fuera de los partidos son más atendidos y respetados; diferente a aquellos postulantes partidistas que mantienen una presencia constante sin dirección clara, lo que resulta una comunicación dispersa y poco efectiva, porque se nota repetitiva en audiencia, que no tienen la capacidad de adaptarse a cambios ni habilidad para mensajes claros y convincentes, convirtiéndose en estrategias en redes sociales que pueden parecer meramente figurativas, diferente es cuando a través de una comunicación conectada con la realidad de cambio se propone no para oponerse, si no para construir y reformar.
Los aspirantes presidenciales deben tener la voluntad de proponer cambios en las políticas y estructuras existentes, así como la crítica constructiva hacia las acciones y decisiones del gobierno, o sea, si se trata de oponerse al gobierno coetáneo, proponer soluciones innovadoras a la situación de discusión actual, con visión de construir, no es suficiente la crítica pública o la movilización ciudadana.
Mientras que para aquellos candidatos que deseen dar continuidad al gobierno deben actuar con estrategia de presentar propuesta como extensión positiva de las políticas y logros alcanzados, en la economía, seguridad, educación, empleo, salud. Además, proporcionar continuidad y mejoras a las políticas y programas ya implementadas, como también establecer diferencias positivas, destacando como planear e introducir ajustes a las políticas existentes para responder a las nuevas necesidades.
Por el momento los candidatos ya mueven estrategias de medios de comunicación, redes sociales y eventos públicos para difundir su mensaje, unos dan entrevistas y escriben, sin decir que si aspiran, se comunican de manera diplomática, mientras otros en privado hacen consultas y se preparan para salir.
*Economista. M.B.A. Politólogo. Exconcejal de Bogotá.
