LENNY Z. PITO BONILLA @CreaciónpsicologíaXXI
Inherente al ser humano es la valiosa capacidad de elegir, algo que realiza desde el nacimiento, primero en forma innata, pero con el tiempo con mayor autonomía y conciencia, hasta llegar a la toma plena de decisiones; dos aspectos fundamentales en la vida, para el éxito en lo que se es y hace, como en el alcance de metas, objetivos y propósitos. Algo solo posible a través de la claridad mental, base de la autoestima y la confianza en sí mismo.
La psicología es clara en esto e indica que elegir y decidir es complejo, en especial por la presencia permanente de emociones tales como el temor, la ansiedad y la duda, que nos llevan siempre a preguntarnos si algo es o no lo mejor, lo que nos conviene, lo correcto o qué pasaría si optamos por todo lo contrario, etcétera. También es común pensar sobre cuáles serán las consecuencias a futuro o cuál será la opinión de los otros, la que a veces tanto importa.
Al nacer con tal poder, entonces debería ser sencillo ejecutarlo, considerando además que todo el tiempo estamos afrontándolo, tanto en lo sencillo como en lo complejo de la existencia. Quienes lo logran son afortunados y pueden sentirse felices, ya que así mantienen en gran medida su equilibrio mental. Sin embargo, para la mayoría no lo es, viéndose enfrentados a una permanente fatiga, preocupación o angustia en parte, por el tipo de crianza y la formación recibida desde temprana edad, que desafortunadamente muchas veces contiene una gran carga emocional negativa, cuando los padres, los maestros o los adultos alrededor del niño, prohíben esto y aquello, por miedo o la necesidad de certeza, evitando esa parte de la existencia que significa equivocarse, actuar a pesar de la incertidumbre y aprender de los errores en el camino hacia la responsabilidad.
Por fortuna, es mucho lo que se ha avanzado en este sentido con el apoyo científico, para abordar las causas emocionales de la desconfianza, reconectar con el niño interno, sanar heridas o traumas y retomar el poder que todos llevamos dentro, para recuperar la seguridad y aprender a gestionar lo incierto. Poseemos un aparato psicológico poderoso, generador permanente de ideas y en él el primer paso es ocuparnos de organizarlas. Escribir diarios, agendas o notas es fundamental, para tener pensamientos claros, agotar menos a la mente y afianzar la autoconfianza tan fundamental en todas las áreas de la vida.
A continuación, estos significativos pasos que podemos seguir y convertir en hábitos saludables:
Centrarse en el presente. Única forma de no dejar que el pasado se interponga, limitado por el miedo de lo que se vivió o permanecer en el futuro, generador de ansiedad. Enviar a la mente el mensaje que la decisión a tomar solo afecta el presente, genera tranquilidad, ello en la medida que el futuro no lo podemos controlar y en él pueden ocurrir muchas cosas que no están en nuestras manos, además siempre podemos dar un cambio al rumbo elegido.
Conectar con las emociones. Atender la forma como nos sentimos, escuchar al corazón y observar a la intuición, antes y frente a cualquier decisión.
Reducir lo que se elige y decide cada día. Tomar la menor cantidad de decisiones, sobre todo si son importantes, en un mismo día, evita el agotamiento mental y, se da espacio y tiempo entre una y otra, para facilitar la toma de las siguientes. La forma para lograrlo es priorizando según nuestras necesidades, gustos, deseos e intereses. Otra vía de acción, es hacer lista de pendientes diaria y semanal, guía efectiva para saber cuál es en realidad el afán del día y, revisarla cada mañana o noche es una valiosa luz en la ruta. Aquí tener presente las metas y los objetivos trazados, además dar orden, cumplir, tachar, posponer o cancelar da alivio al alma, minimiza las dudas, la mente se cansa menos y se avanza con seguridad.
Imaginar que las decisiones son de alguien más. Recordemos que el cerebro no sabe si algo es real o no, así que podemos hacer uso de trucos psicológicos, como aquél de dejarle saber a la mente que la decisión tomada y que abruma, no es nuestra sino de un amigo. Enseguida se le puede preguntar qué tipo de orientación se le debe dar para que resuelva la situación. Las respuestas llegarán desde el alma, aparecerá una gran cantidad de información y alternativas sobre lo que se puede hacer, facilitando la realización porque el cerebro cree que se trata de otra persona.
Encendemos el auto de la confianza es sí mismos, elijamos en coherencia con nuestra esencia, a pesar del miedo y tomemos las decisiones con fe ya que, aunque nos equivoquemos siempre habrá una razón de ser.
