Padre: Jesús Fernando Vega Muñoz. Pbro
El Domingo de Ramos nos adentra a la Semana Santa, la semana en la que recordamos que Jesús va a Jerusalén para cumplir la misión encomendada por el Padre y ser crucificado, es la Cruz el trono en el cual Reinará eternamente, Jesucristo atrae con su Cruz a todos los hombres de todos los tiempos y ofrece así el don de la redención.
Jesús se había encaminado hacia Jerusalén, entra triunfante en un borrico y van los discípulos con el, pero también los que se habían sumado a ellos. «gran muchedumbre» que seguía a Jesús (cf. Mc 10,46).
La gente cuando Ven a Jesús que llega gritan Hosanna al hijo de David, extienden sus palmas para que él pueda pasar por ellas y también extienden sus capas porque entra el Rey de reyes.
En esta semana santa recordamos también la pasión del Señor, todo lo que Él tuvo que pasar,
Jesús triunfa acogiendo el dolor y no solamente el dolor sino la Cruz su muerte.
El jueves Santo recordaremos la institución de la eucaristía y también el mandamiento del amor y el lavatorio de los pies.
Es Jesús quien se abaja como el esclavo para lavar los pies a sus discípulos y nos pide también que nosotros lo hagamos los unos a los otros, el mandamiento del amor a eso nos manda el Señor a amarnos sinceramente y a perdonarnos los unos a los otros y el sacramento del orden sacerdotal, un sacramento por excelencia donde nosotros como sacerdotes debemos servir a Dios, obedecer a nuestro Obispo, amarnos como hermanos en el sacerdocio y amar a nuestra comunidad que nos ha sido confiada, no siendo unos príncipes si no ayudando a los demás sobre todo a los que no cuentan, a los nuevos Cristos.
Qué bueno que en esta Semana Santa podamos levantar nuestra mirada hacia la Cruz y como nos decía en un retiro espiritual un Obispo abracemos la cruz como la madre que estaba a los pies de Jesús y contemplemos aquel que se entregó por amor a nosotros y digámosle señor Cuánto me amas dejémonos sorprender por Jesús y él nos responderá
Jesús esta en los rechazados, En aquellos que nuestra cultura como fariseos condena, jóvenes excluidos, mujeres maltratadas, ancianos abandonados, etc.
El centurión en su momento dijo: realmente este es Hijo de Dios y así mismo nosotros debemos decir tú eres mi Dios por ti madrugo mi alma está sedienta de ti Señor Dios mío.
Jesús triunfa acogiendo el dolor y no solamente el dolor sino la Cruz su muerte, por eso, no pidamos a Dios que quite la Cruz que cargamos cada uno de nosotros sino que como el sirineo nos ayude a cargarla
El viernes Santo conmemoramos la Pasión y Muerte del Señor, pero no debemos quedarnos con el Cristo muerto sino con el Cristo Resucitado entre los muertos y por eso la Vigilia Pascual, donde recordamos que Cristo es la luz del mundo que vence las tinieblas de la muerte con su resurrección, es el día de gloria, alegría y regocijo porque Cristo nuestro hermano ha resucitado y nosotros resucitamos con Él.
Felices Pascuas de Resurrección 2024.
