lunes, julio 1, 2024
No menu items!
spot_img
InicioCOLUMNISTASLenny Z. Pito BonillaInteligencia emocional para afrontar las crisis

Inteligencia emocional para afrontar las crisis

Por LENNY Z. PITO BONILLA – @CreaciónpsicologíaXXI

A nivel mundial como dentro de nuestro país, sin lugar a dudas vivimos una época de múltiples crisis y entre ellas hoy en Colombia ha surgido una en particular, la que tiene que ver con nuestro sistema nacional de salud. Tema que nos impacta a todos los ciudadanos, motivo por el que es importante que nos involucremos de la manera más activa posible, ya que que se referirse a un valor primordial de nuestra condición humana y bienestar integral; porque sin salud nada es posible.

Una crisis es una condición coyuntural que genera inestabilidad, con un impacto directo y fuerte sobre nuestra mente. Sin embargo, sea como sea siempre es también una oportunidad, en medio de la cual se pone a prueba nuestra psique, en especial el carácter, lo que tan colombiano llamamos la berraquera, la valentía y la fortaleza interna. Estoy segura que por experiencia propia, todos saben bien a lo que me refiero, ese no sé qué en no sé dónde, que nos permite salir bien librados y con ganancias, aun de circunstancias muy adversas.

Quienes mejor tienen equipada su alma, donde la inteligencia emocional juega un papel protagónico, son los que la utilizan de manera adecuada y permanente. Ella permite desarrollar la capacidad innata para afrontar las adversidades de la vida y por ello es fundamental considerar en nosotros mismos, algunas características que nos conectan en la cotidianidad con estas habilidades emocionales (abaladas por la universidad de Harvard, USA).

Poseer la capacidad de entender y visualizar las consecuencias que nuestros comportamientos o actitudes tienen sobre si mismos, en el autocontrol emocional, las relaciones con otras personas y el liderazgo personal.

Identificarnos con nuestras propias emociones, lo que significa que seamos capaces de reconocer aquellas que experimentamos en el día a día y durante una crisis en particular. Esto significa auto conocimiento, que a la vez nos permite identificar aquellas que a veces nos sobrecargan. El desafío mental consiste en ocuparnos de conocer nuestro nivel emocional, gestionar cada emoción y hacer de ella una herramienta para afrontar las situaciones, evitando así caer en la abatidora condición de estrés.

Ocuparse del conocimiento y estar abierto al aprendizaje, teniendo en cuenta que toda crisis es un principio de cambio. Es fundamental que salgamos de la zona de confort y abordemos los temas pertinentes, las causas y las consecuencias, nos apersonemos de lo que sucede y tengamos la mente abierta, para aprender de la situación, por difícil que parezca en principio.

Comprensión, hacernos más presentes y conscientes de todo lo que sucede, cómo nos impacta y que podemos transformar o aportar siempre con la visión de oportunidad.

Ser empáticos, escuchar, ver, analizar y entender lo que también experimenta el otro y los otros, colocándonos en su lugar, actuando en coherencia con ello, lo que además gesta compasión y solidaridad.

Entonces el llamado aquí y ahora es a que conectemos con nuestra inteligencia también llamada intrapersonal, la practiquemos todos los días y afrontemos de su mano, cualquier crisis de las muchas que aparecen a lo largo de la vida, con la consciencia de:

Identificar las emociones tanto las negativas o de baja vibración como las positivas o de alta vibración, qué pensamientos las acompañan y cuáles son nuestras reacciones, acciones o comportamientos.

Aceptar las dificultades, las equivocaciones, las crisis o los conflictos, comprendiendo que todo sucede para algo y que la capacidad que tengamos para ver la enseñanza, solo depende de nosotros mismos.

Valorar el perdón y conectar con el agradecimiento.

Saber que el sentirse bien o mal frente a cada desafío o circunstancia de la vida, es siempre transitorio y todas las emocione son pasajeras, por lo tanto, no engancharse con ninguna.

Afilar el sentido de interpretación y análisis frente al abanico emocional, captando la información que cada emoción trae, en cada situación particular. Solo de esta manara las podremos manejar y evitar que ellas nos controlen o peor aún nos descontrolen.

Elevar la atención para poder definir lo que se siente, el camino correcto para que el cerebro no entre en confusión y no nos juegue malas pasadas. En ocasiones sentimos tristeza, por ejemplo, pero lo que aparece es rabia.

Evitar el sentir, que es inevitable, optando por vías de escape tan dañinas como el alcohol, las drogas o cualquier vicio, recordemos que toda adicción es destructiva.

Identificar lo que nos sucede de una manera particular, entendiendo que cada persona es un mundo aparte y por lo tanto hay que evitar las generalizaciones.

Valorar todas las experiencias personales y las de los demás, sin comparaciones o competencias.

Mantener el equilibrio entre el fracaso y el éxito, tanto en las pequeñas como en las grandes cosas de la existencia, sin caer en los extremos.

DEJA TU COMENTARIO

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Artículo anterior
Artículo siguiente
ARTICULOS RELACIONADOS

NOTAS DE INTERÉS

- Publicidad -spot_img

Comentarios recientes

Diana Bolena Sánchez hoyos en Adán y la primera vez
César Augusto en Filosofía de los Afectos 7
Alvaro Diaz en Madre, en tu día
Fernando Acosta Riveros en Mujeres en el siglo XXI
El Liberal en Loro Orejiamarillo
ALVARO EFREN DIAZ SEDANO en Loro Orejiamarillo
David Fernando Fernández Montilla en Las araucarias mueren de pie
Carlos Alberto Manrique Barrios en Mesa de dialogo de la Cultura y el Turismo en Popayán
Fany bolaños en Majan