Por William Efraín Abella Herrera – Miembro de ACO y SAO – wabella@unicauca.edu.co
En el prado contiguo a la piscina del Colegio de las Salesianas, mientras esperaba a mi hija salir de su clase de natación, me sorprendí al ver al ave de la foto anidando sobre hojarascas, al lado de una planta ornamental. La sorpresa es porque su comportamiento típico es atacar con sobrevuelos rasantes a quienes se acercan a sus nidos o polluelos, y ésta no lo hacía.
Seguro que el paso permanente de las niñas de la institución educativa, que no le representaban algún peligro, había hecho a este ejemplar en particular, tolerante con la presencia cercana de seres humanos. Estamos hablando de la Anguilla, palabra que deriva de Angarilla, nombre que nuestros abuelos usaban para llamar las piernas largas y delgadas, lo cual caracteriza a esta ave, que hace parte de los llamados “chorlitos” o “playeritos”.
El binomio latino que usan los científicos para llamarle es Vanellus chilensis, donde Vanellus traduce literalmente “zaranda”, mas tiene la acepción de ser el diminutivo de Vannus, nombre de un ave residente en Portugal. El epíteto chilensis alude a Chile, país de donde fue tomado el primer ejemplar que se describió científicamente.
En su Guías, Hilty y McMullan le denominan respectivamente “Pellar Teru-teru” y “Pellar Común”. Las comunidades en Colombia le llaman Pellar, Pellar Chorlo, Grulla, Alcaraván, Caravana, Anguilla, Plxalx vxiçxack (en nasa yuwe) y Turtek (en namuy wam). En otros países de Latinoamérica es conocido como Avefría, Tero y Queltehue.
Como chorlito se le puede ver en las playas y vados de lagunas y humedales, mas donde los hemos observado con mayor regularidad son los espacios abiertos con pradera como pastizales cortos, canchas de fútbol y zonas verdes urbanas.
Caza invertebrados grandes y vertebrados pequeños que encuentra en el piso. Puede incluir a esa dieta algunas semillas. Construye nidos, nada elaborados, sobre el suelo de espacios abiertos. Sus huevos y polluelos se mimetizan con el entorno.
Vocalizan fuerte, tanto cuando vuelan, como cuando detectan intrusos cerca de su nido. En este último caso, mientras un adulto permanece en el suelo atento a los huevos o crías, el otro realiza exhibiciones de ataque aéreo contra quienes los molesten, e intentan golpearles con sus espolones.
Se les observa solitarios, en pareja o en grupos ruidosos, de ahí que algunas personas en sus fincas dicen que son mejores estas aves que los perros para avisar a las comunidades, de intrusos en sus territorios.
¿Qué hacer por la Anguilla? Al parecer esta especie es favorecida por las actividades humanas de ganadería, agricultura y minería. Sin embargo, hay que estudiar en qué medida estas situaciones mantienen estable o en aumento sus poblaciones. También se sugiere sistematizar los saberes, leyendas, mitos e historias que las comunidades han generado en torno a este alar.
