Se ha cuestionado la elección de personas en los cargos en el contexto del gabinete del presidente Petro. Planteando debates con interrogantes sobre las características y habilidades necesarias para liderar una administración efectiva. Porque algunos dicen que se han asignado cargo a gente que no tiene la experiencia administrativa y que son más políticos que tecnócratas o que son más expertos en concepciones epistemológicas, académicas de la razón fundante de cada ministerio o la dirección de entidades públicas y que por eso les falta la experticia administrativa.
Demos una mirada panorámica a ver como se ve el asunto. Por un lado, tenemos a los funcionarios políticos, individuos con una vasta experiencia en el ámbito político, que han participado activamente en elecciones, han presentado propuestas en el Congreso y han defendido posturas públicas. Estos funcionarios se destacan por su capacidad para traducir ideas políticas en acciones administrativas concretas, adaptando las políticas a contextos técnicos y administrativos para su implementación efectiva.
Por otro lado, los tecnócratas son expertos en el manejo de datos y la gestión administrativa. Su enfoque se centra en la eficiencia y la aplicación práctica de políticas, buscando despolitizar ideas para hacerlas más viables desde el punto de vista técnico. Sin embargo, es esencial reconocer que la política y la técnica están interconectadas, ya que la labor administrativa se sustenta en valores ideológicos y filosóficos.
Es común combinar políticos con tecnócratas en las administraciones, buscando equilibrar la visión política con la eficacia técnica. No obstante, es crucial que los altos cargos sean ocupados por políticos que encarnen la visión política del gobierno ante la opinión pública y en la administración misma. Esto no implica que todos los niveles de la administración deban ser ocupados exclusivamente por políticos; de hecho, la mayoría de los funcionarios de primera base suelen ser técnicos.
La formación y experiencia de los altos cargos políticos es fundamental. Es necesario que cuenten con preparación técnica y administrativa sólida, además de habilidades de liderazgo y capacidad para rodearse de expertos. La transición de roles políticos a cargos administrativos conlleva desafíos de gestión y liderazgo, que requieren adaptación y aprendizaje rápido.
Es importante destacar que la legitimidad y confianza de los políticos ante la sociedad son esenciales para el éxito de la gestión pública. Sin embargo, la experiencia técnica y la preparación académica también aportan valor en la toma de decisiones complejas y en la implementación efectiva de políticas.
El balance entre políticos y tecnócratas en los gabinetes gubernamentales es crucial para abordar de manera integral los desafíos del gobierno. La diversidad de perspectivas y habilidades enriquece el proceso de toma de decisiones y garantiza una gestión efectiva y responsable.
En última instancia, el desafío radica en encontrar el equilibrio adecuado entre la política y la técnica en la administración pública, reconociendo la importancia de ambos en la búsqueda de soluciones efectivas para los problemas de la sociedad.
