Yubelys Meneses y otras 30 mujeres privadas de la libertad de la Cárcel de Mujeres El Buen Pastor se reencontraron fuera de los patios en los que permanecen todos los días para recibir la nueva biblioteca de este centro penitenciario, un espacio renovado para garantizar el acceso de las internas a historias, cultura y educación a través de los libros.
Por Redacción El Nuevo Liberal
La reapertura de la biblioteca de la cárcel de mujeres El Buen Pastor es un paso importante en el proceso de resocialización de las personas privadas de la libertad en Colombia. Este espacio renovado brinda a las internas la oportunidad de acceder a libros, historias, cultura y educación, ofreciéndoles una alternativa para sobrellevar su condena y desarrollar nuevas habilidades.
La adecuación de la biblioteca incluyó mejoras en la infraestructura, como una nueva cubierta, iluminación, estantería, mejoramientos en el piso y puntos de red, así como la incorporación de nuevos muebles y equipos de cómputo. Esta renovación forma parte del Plan Cultura para la Libertad, una iniciativa conjunta del Ministerio de Justicia, el INPEC, la Red Pública de Bibliotecas, Biblored y el Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes, cuyo objetivo es convertir los centros penitenciarios en espacios de resocialización e integración social.
Además de la infraestructura, el Plan Cultura para la Libertad también ha brindado capacitación a las internas en competencias laborales como bibliotecarias, a través del Sena. Esta formación les permite no solo acceder a los libros, sino también recomendar lecturas a otras personas y convertirse en referentes en materia de lectura y bibliotecas. Para las mujeres privadas de la libertad, esta formación representa una oportunidad de desarrollo profesional y una posibilidad de dedicarse a los libros y las bibliotecas una vez que estén en libertad.
La experiencia de adecuación física y formación de las mujeres privadas de la libertad en El Buen Pastor reconoce la importancia de fortalecer el arraigo cultural, permitiendo que las personas recuperen su identidad y sentido de pertenencia, y se tracen un nuevo futuro. La literatura y la cultura en general son herramientas poderosas para sanar, desarrollar habilidades sociales y emocionales, y fomentar la empatía. Esta experiencia demuestra que la literatura no hace distinciones ni juzga, y que todos los individuos, independientemente de su pasado, pueden beneficiarse de ella.
Este compromiso de humanización carcelaria se ha replicado en la biblioteca de la Cárcel de hombres Modelo de Bogotá. Se espera que esta iniciativa se extienda a otros centros penitenciarios del país, brindando oportunidades de resocialización a más personas privadas de la libertad y promoviendo la cultura y la educación como herramientas clave para la reinserción social.
