Por: Harold Mosquera Rivas
El poeta español Ramón de Campoamor, escribió el poema Las dos Linternas, en el cual hace una reflexión sobre la relatividad de las cosas, para concluir que, todo es según el color, del cristal con que se mira. Esta frase inspiró a Rubén Blades para componer la canción Según el Color, en la que en clave de salsa reflexiona sobre el mismo tema. Sobre el particular, el fin de semana pasado estuve compartiendo con un amigo de infancia que reside en los Estados Unidos, hace más de cuarenta años, le manifesté la preocupación que me embarga de solo imaginar que una persona como Donald Trump pueda repetir la presidencia de los Estados Unidos. Imaginando que quizás es lo único que falta para que se prenda la tercera guerra mundial. Al instante mi amigo ripostó señalando que él estaba con Trump que votaría por él, esperando con ilusión que fuera el próximo presidente de los Estados unidos, en especial para que construyera el muro que tanto anunció durante su primer mandato, para frenar la migración internacional por la frontera con México. Me sorprendió su reacción y en particular la motivación de la misma, en especial por tratarse de un latino, sin embargo, me abstuve de hacer más comentarios y recordé a Campoamor y a Blades, pues mientras unos reclaman que cesen los ataques de Israel en la franja de Gaza, otros acusan de terroristas a los combatientes de Hamas, justiciando bajo el argumento de la legítima defensa, todo lo que decide Netanyahu. Mientras unos repudian la invasión y los ataques de Putin y su ejercito en Ucrania, otros exigen la rendición de Kiev. Mientras hay niños que malcriados que botan la comida que les sirven, porque no les gusta, otros hurgan en las bolsas de basura para sacar esa misma comida y consumirla como si fuera un manjar, a riesgo de enfermarse con esa práctica. Mientras hay patojos llorando por la salida del pollo López de la alcaldía, otros anhelan que con la llegada de Juan Carlos Muñoz la ciudad cambie pronto. Los hinchas del América de Cali, de Nacional y Millonarios están al borde de un ataque de nervios, porque esos históricos equipos no encuentran la senda del triunfo en el futbol profesional colombiano, mientras que, en Pereira e Ibagué, celebran los resultados de los equipos que ayer se consideraban chicos. Mientras unos admiran a Egan y Nairo, otros recuerdan a Cochise y a Lucho Herrera. Muchos colombianos celebran el regreso de Mancuso esperando que cuente la verdad y tire al agua a quienes lo apoyaron en los tiempos del auge paramilitar, mientras que otros, quieren desaparecerlo para evitar que esa verdad se conozca. Hay jóvenes que se mueren de la felicidad cuando escuchan los temas de moda del reguetón, otros gozan con la música del despecho y hay quiénes disfrutamos de la música salsa. Porque como escribiera Campoamor, en el mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color, del cristal con que se mira.
