RODRIGO SOLARTE – rodrigosolarte27@gmail.com
Estamos en la Semana mayor del Catolicismo, por siglos llamada la Semana Santa, en la cual se conmemora la existencia de un SER TERRENAL, Jesús de Galilea, Judío nacido en Belén y sacrificado cruelmente al estilo romano de la época, espiritualmente resurrecto para continuar viviendo en el alma de sus seguidores, Cristianos, por los siglos de los siglos.
El compromiso radical de Jesús con los pobres, pescadores, mujeres y hombres, víctimas del Imperio romano, hace deducir a los historiadores de la Iglesia y seguidores Monoteistas, las razones políticas por desafiar con SU VERBO, pacífico, a los emperadores romanos con sus ejércitos.
Desde entonces e incluso antes, RELIGIÓN Y POLITICA están relacionados, explicándonos la utilización recíproca que continúa sucediéndose, y la penetración en las conciencias que han ido cambiando acorde, no siempre, con el poder o poderes al mando de las comunidades y sociedades.
Argumentos religiosos, territoriales y políticos por consiguiente, escuchamos, vemos y sentimos hoy, entre Israelíes y Palestinos, Rusos y Ucranianos, Clan del Golfo y otros contra el Gobierno colombiano actual, y tantos otros menos informados por las redes sociales.
Principios y Valores de la vida caucana y colombiana llaman a la reflexión, más humana que mercantil, así sea tan de la cotidianidad, en semanas como esta, en verdad diferentes, material y espiritualmente por la pluralidad existente en campos, ciudades e incluso regiones como la nuestra del suroccidente colombiano.
Las pasiones nos llevan a los extremos actitudinales e incluso entre la vida y la muerte, la verdad y la mentira, el Teismo y ateísmo, el esclavismo y la libertad, del individualismo al colectivismo, de lo privado dominante a lo público, de lo dictatorial a lo realmente democrático participativo para el progreso colectivo.
Para esta reflexión laica caucana, hecha por un mayor de edad con sus experiencias de vida y formación, asumo y comparto sin dogmas, con la pluralidad existente y necesaria de ser más conocida en profundidad con los mismos protagonistas caucanos, PRINCIPIOS Y VALORES DE VIDA A RETOMAR comprometidamente con la supervivencia y nuevas generaciones: LOS DERECHOS HUMANOS Y AMBIENTALES, LA JUSTICIA, LA DEMOCRACIA, LA SOLIDARIDAD Y LA PAZ, cuya búsqueda decidida ya nos orgullece como colombianos comprometidos con LOS CAMBIOS ESTRUCTURALES NECESARIOS para el presente y futuro que a todos beneficiará.
Vivimos la oportunidad del encuentro familiar, actualizar la visión de las procesiones, conciertos y exposición de tantas creaciones juveniles y de mayores, reflexionar con las siete palabras del Viernes Santo, degustaciones y reencuentros con amistades y compañeros de aventuras propias de cada edad etc.
Las tradiciones ideológicas y religiosas se trasmiten y van cambiando con la historia de los tiempos que influyen en las nuevas generaciones y sus circunstancias vitales.
Las actuales generaciones son menos religiosas que las nuestras. La pluralidad religiosa, global y local, hace parte del diálogo intergeneracional presencial y virtual. La historia paralela de tales poderes, llegadas las crisis en las cuales nos encontramos como terrícolas y especie humana, requieren de la UNIDAD EN LA DIVERSIDAD ´´ para lo fundamental´´ que la vida sin discriminaciones exige.
Paisajes, historia, culturas, creatividades e incluso sus conflictos en búsqueda de alternativas para la progresiva solución participativa, no solo de Popayán como capital con presencia de colonias municipales constitutivas del Departamento del Cauca, nos invitan, comenzando por nosotros mismos, a conocerla, compartir y aprender también de quienes lleguen, para retomar LA HISTORIA PATRIA actualizada con Memorias como la del GRAN CAUCA que fuimos y podremos reeditar con las actuales generaciones, experiencias, saberes y resistencias acumuladas, pensando y laborando por EL GRAN CAUCA que se plantea para los nuevos tiempos.
