martes, julio 2, 2024
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The Plush Ripper

Por Gustavo Adolfo Constaín Ruales. X @moldergc

Capítulo I_48.

Los experimentos: Los Alpes, el grimorio perdido. Parte tres.

La invocación fue a las tres de la madrugada exactamente. Con anterioridad se había un hecho un concurso entre los todos los guardianes de los campos de concentración alemanes o no, prometiéndoles una gran recompensa. El escogido debería ser el más celoso en su trabajo, es decir un guardia cruel con sus prisioneros y que matara a cualquier hombre, mujer o niño por la mínima desobediencia a las reglas. Muchos se inscribieron, las SS ya sabían cuáles de entre sus hombres eran despreciados por sus camaradas, por ser extremadamente sádicos.

Trajeron cuarenta guardias para el experimento. En cuanto a un ser inocente trajeron a un niño gitano de un campo de concentración, recién nacido, para la primera prueba.

Los cientos de inocentes escogidos: niños, hombres, mujeres, de fe cristiana, musulmana, judía, budista y de otras religiones, llevados de todos los territorios que habían invadido el Reich en Europa, Asia y África.

Los oficiales y guardianes escogidos de los campos de concentración por el concurso llegaron a una villa que estaba encima del complejo bajo tierra. Allí fueron recibidos como héroes, les ofrecieron grandes banquetes, además de mujeres y licor. Regalos que incluían óleos del Führer, ediciones especiales de su biblia “Mi Lucha”, insignias del partido en oro y miles de Reichsmark. No sabrían su horrible destino

Al guardia escogido se le había adiestrado como hacer la invocación, que palabras decir, como decirlas y en qué momento decirlas, tenía varios ayudantes. Jamás se le dijo el peligro que implicaba. Se había dibujado los signos secretos descritos en el grimorio y se habían dibujado igual que los otros, con propiedad en el recinto. Cuando empezó el evento, salió de la nada frente a ellos un humo negro que adopto una figura humana, primero era la del invocador, luego en forma vertiginosa se transformaba en todas las víctimas de aquel depravado. Los demás que observaban, anotaban todo al detalle, fueron entendiendo la dinámica de la transformación del ente –como lo denominaron- y con asombro lograron ver otras víctimas del SS, el cual había asesinado a otros guardias SS y agentes de la Gestapo, con las representaciones humanas que iban apareciendo.

A pesar de la gran cantidad de víctimas y de la crueldad de su ejecución, el demonio invocado paro, dio varias vueltas sobre el invocador y luego lo devoro en fuego. Los gritos y suplicas del SS daban escalofríos.

Al momento la sombra volvió y tomo la figura del mismo Hitler, luego la de Himmler, luego la de Heydrich y de varios jerarcas nazis y desapareció. Treinta ocho hombres fueron sacrificados, pero no se logró nada, uno se suicidó, un camarada de la SS le conto lo que le sucedía y le ofreció con afecto un bisturí. Se perdieron cuarenta días.

Al amanecer del día 41, el oficial a cargo Reichsführer, mismo rango de Himmler pero subalterno de él, amenazó con fusilar a sus subalternos si no veía resultados. La guerra se estaba perdiendo en todos los frentes.

Un miembro del grupo de la orden negra que no portaban uniformes, ni rangos visibles, le informa al oficial a cargo de la SS que tiene una idea sobre el paso a seguir. En el mismo grimorio había unas pautas muy generales sobre como preguntar al demonio invocado, si la pregunta era mal formulada el oferente lo pagaba con su vida.

Por el momento se habían salvado los inocentes traídos para la ceremonia oscura. Se los había atendido en mejores condiciones que las tenidas en los campos de concentración.

El siguiente oferente instruido en hacer la pregunta correcta, empezó a hablar con el ente, los rezos los signos y los sahumerios se hicieron. El espectro apareció y en el lenguaje que sostenían dijo: “ningún oferente era digno”. Luego se convirtió en un niño y con alegría recorrió el recinto y se colocó frente al Líder de la SS que dirigía todo el complejo. No se podía observar de adentro hacia afuera. El Reichsführer viendo esto a través del vidrio, se asustó, un miembro de la orden civil negra lo golpeó en la cabeza. Sus oficiales sacaron sus Luger para matar al agresor, -no salían del asombro- los civiles de ropaje negro hicieron lo mismo para proteger a su camarada, uno entre ellos grito -calma caballeros- levanto las manos y saco muy despacio un documento del bolsillo de su gabardina negra y lo coloco sobre una mesa cercana. El documento redactado por Himmler llevaba su firma y la del mismo Führer, daba poder absoluto sobre los experimentos, a los civiles de vestimenta negra, por encima de la SS.

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