Con “Los que se quedan”, Alexander Payne cineasta estadounidense demuestra una vez más, su maestría en contar historias que van más allá de la superficie, explorando la complejidad y la riqueza del alma humana. con sus tonos degradados y colores opacos, contribuye a la calidad y atractivo de la película
Por REDACCIÓN EL NUEVO LIBERAL
La última creación del aclamado cineasta estadounidense Alexander Payne, titulada “Los que se quedan”, surge como una candidata destacada en la categoría de Mejor Película para los Premios Óscar 2024. La obra destaca no solo por su narrativa envolvente, sino también por su inusual elección estética, presentando una imagen granulada que evoca la estética cinematográfica de los años 70.
Resulta sorprendente cómo esta aparente “imperfección” visual, reminiscente de las películas filmadas en 35 mm de esa época, con sus tonos degradados y colores opacos, contribuye a la calidad y atractivo de la película. Desde los primeros créditos que despliegan el logo de Universal Pictures de la década de los 70, la audiencia es transportada a una experiencia única.
A pesar de su estética retro, “Los que se quedan” logra introducir al espectador en una historia conmovedora, bella, divertida y cargada de un profundo carácter humano. La película destaca por su capacidad para explorar las complejidades de las relaciones humanas y penetrarse en las emociones de los personajes de una manera auténtica y memorable.
Es intrigante cómo la elección visual de Payne, en lugar de ser un obstáculo, se convierte en un elemento distintivo que enriquece la narrativa y la experiencia cinematográfica. La decisión de adoptar una estética que transporta al público a otra época demuestra la habilidad del director para innovar y desafiar las convenciones cinematográficas actuales.
Con “Los que se quedan”, Alexander Payne demuestra una vez más su maestría en contar historias que van más allá de la superficie, explorando la complejidad y la riqueza del alma humana. La película se presenta como un testimonio de que la belleza cinematográfica puede encontrarse en formas inesperadas, y su reconocimiento en los Premios Óscar 2024 sugiere que la industria está lista para celebrar y premiar la originalidad y la profundidad en la cinematografía contemporánea.
